十四

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Puedo sentir el calor del cuerpo de Kuroko, Tetsuya, junto a mí. Su cuerpo estrechamente envuelto entre mis brazos, encajando perfectamente en mi contra.

Con los ojos aún cerrados entierro mi nariz en su cabello y tomo una profunda respiración. No hay nada que pueda romper esta calma. Estar con él metido en mis brazos es lo más perfecto del mundo. Podría quedarme así por horas. O podría hacerlo si no tuviésemos que ir a clases dentro de unas horas.

—Puedo sentir que estas feliz —, dice Tetsuya moviendo su trasero en contra de mi desnuda erección matutina.

—Estoy feliz de tenerte entre mis brazos —, le digo moviendo mis manos sobre su piel. Su cuerpo desnudo tan cerca del mío hace que mi erección se ponga más dura e insistente.

—Ah —, se queja arqueándose contra mis caricias —Kagami-kun...

Mi nombre sale de sus labios en una súplica pidiendo por más.

—Taiga —, le murmuro en la oreja, y comienzo a mordisquear su cuello mientras mis manos bajan por su abdomen hacia su pene —. Recuerda que desde ahora soy solo Taiga.

Tetsuya asiente con la cabeza y comienza a mover sus caderas, golpeando mi erección con su trasero y frotando su pene en mi mano.

Muevo mi otra mano hacia su agujero, ahora húmedo y deseoso. Mis dedos comienzan a jugar, entrando y saliendo, estirándolo para poder penetrarlo.

» Los condones están en la mesita de noche —, le digo sin dejar de mover mis manos por su cuerpo. Su piel cálida sobre mis manos. Tan suave y perfecta.

Tetsuya asiente con su cabeza, pero no hace el menor intento por alcanzarlos.

» Esta vez tenemos que usarlos —, le digo, pero no puedo detener mis manos de acariciarlo para buscar por mí mismo los suministros.

—Pero tal vez ya estoy embarazado —, dice.

—Pero tal vez no lo estás —, le digo yo y saco los dedos de su interior cálido, húmedo y apretado.

Tomo la base de mi pene en mi mano y guío la punta hacia su entrada. Empujo suavemente hacia adelante, provocando al músculo para abrirse solo un poco para mí, antes de volver a retirarme hacia atrás.

Mi mano continúa frotando su erección mientras la otra acaricia su espalda suave y blanca, antes de pasar a su pecho. Mis dedos rozando sus pezones erectos.

Mi lengua lame la piel de su cuello, sobre la marca de la mordida que le dejé el día de ayer.

Empujo mi pene hacia adelante una vez más, metiendo solo la cabeza antes de volver a salir por completo de él.

—Ah —, se queja e intenta empujarse sobre mi erección, pero no lo dejo llegar muy lejos, y con mi mano sobre su cadera detengo sus intentos.

—Condones —, le digo mordiendo la piel de su cuello.

—Kagami-kun, por favor —, dice empujándose hacia atrás.

—Taiga —, le digo, y empujo la cabeza de mi pene una vez más, metiendo un par de centímetros más antes de volver a salir por completo. Es una completa tortura, para él y para mí. Su voz de súplica y la sensación de su interior que solo puedo saborear brevemente antes de tener que alejarme —. Quiero enterrarme hasta las bolas dentro de tu agujero, pero quiero los condones.

—Taiga, Taiga —, dice ahora. Y repite una y otra vez y me pierdo por completo en mi nombre saliendo de sus labios. Me empujo hacia adelante y me meto por completo en su interior, olvidando incluso todo sobre la idea de usar condones.

—Tetsuya —. Murmuro en su oreja y comienzo a empujar dentro de él. Mis manos en sus caderas, manteniéndolo en su lugar mientras muevo mis caderas hacia adelante y hacia atrás, entrando y saliendo de su interior.

Mi pene envuelto en su interior. Apretado, húmedo y caliente. Su olor comienza a salir de él, y las feromonas me vuelven completamente loco. Tomo sus caderas con fuerza con mis manos y lo empujo sobre sus rodillas, con su pecho sobre la cama.

—Taiga —, gime Tetsuya y empuja su trasero hacia atrás, buscando por más. Más rápido, más duro. Y lo hago. Se lo doy.

Me empujo rápidamente una y otra vez en su interior. Mi pene entrando y saliendo de él, más y más rápido. El sudor corriendo libre por mi cuerpo y cayendo sobre su espalda. Su agujero se aprieta en torno a mi erección, haciendo que me vuelva loco con la sensación de ser absorbido hacia el interior.

Sus músculos internos estremeciéndose cuando se corre, apretándose con más fuerza a mi alrededor, pulsando, abriéndose y cerrándose. Cierro mis ojos con fuerza, resistiendo las ganas de dejar salir mi semen en su interior. «Solo un poco más».

Tomo su pierna y lo volteo. La sensación de su agujero girando en torno a mí me hace gemir. Tan bueno. Tan perfecto.

Acomodo mis manos a cada lado de su cabeza y miro a sus ojos, su rostro ruborizado y el sudor goteando. La lujuria abierta en su rostro, con los labios abiertos gimiendo mi nombre y algo más que no logro comprender con la lujuria nublando mi mente.

Tetsuya empuja sus brazos en torno a mi cuerpo y entierra sus uñas en mi espalda. Un gemido sale de mis labios ante la sensación de él aferrándose a mí, su agujero en torno a mi pene, que entra y sale de su interior. Bajo mis labios a los suyos y lo beso. Mi lengua invadiendo su boca mientras me empujo más y más en su interior.

Mi propia eyaculación me toma por sorpresa cuando se cierra en torno a mí con fuerza. Su cuerpo se estremece cuando el semen sale de su pene y cae sobre su pecho y el mío, pintándonos a ambos con su olor. Me estremezco contra él, cuando el nudo se expande en su interior, anudándonos.

Separo mis labios de él respirando pesadamente y me giro con mis brazos a su alrededor, trayendo su cuerpo sobre el mío.

Tetsuya se acomoda sobre mi pecho con sus piernas aún envueltas en mis caderas y mi pene aún en su interior, pulsando con cada descarga de semen.

Mi corazón corre a toda velocidad en mi pecho, y siento el suyo latiendo también al otro lado.

—Supongo que así es como se siente un latido completo —, jadeo mientras acaricio con mis dedos su espalda ahora mojada en sudor.

Tetsuya asiente con su cabeza sobre mi pecho y dejo salir un suspiro al sentirme completo.

» Otra vez no me puse condón —, le digo y beso su cabello húmedo.

—Está bien —, dice él. Sus manos acariciando mis pectorales.

—Tenemos que ir a clases —, le digo, y él deja salir un suspiro.

—Por ahora, no podemos ir a ningún lado —, me dice, y mueve sus caderas un poco para demostrar el punto.

—Ya lo sé —, le digo sonriendo y dejo caer un beso sobre su cabeza —, pero después de una ducha rápida, tendremos que salir volando de aquí para llegar a tiempo.

—Y tenemos que informar de nuestra "situación" a los senpai y la entrenadora.

—Eso es lo primero en mi lista —, le digo —, además de comprar una prueba de embarazo.

Nos quedamos por varios minutos de esa manera, hablando de todo y nada hasta que el nudo finalmente retrocede y podemos ir a la ducha.

Y luego de vestirnos rápidamente, nos dirigimos a la escuela luego de pasar por la oficina de registro civil, y entregar nuestro registro de matrimonio.

KagaKuro - Futari De (Kiseki no Sedai: Daini no Sedai #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora