十二

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Al abrir la puerta, dejo pasar primero a Kuroko mientras lo sigo detrás con sus maletas. Al entrar en la sala de estar, me quedo de piedra. Mis padres están sentados cómodamente en el sofá mirando la televisión, pero se voltean a mirarnos en cuanto ponemos un pie en el interior.

—Taiga, ¿qué está pasando aquí? —Dice mi madre poniéndose de pie con las manos en puños a sus lados y con la mirada vagando entre las maletas de Kuroko en mis manos, él mismo y yo.

—... —Me quedo congelado en mi lugar por unos momentos, pero cuando mi viejo se pone de pie y da un paso en nuestra dirección, mis instintos de protección se activan, y me paro frente a Kuroko, ocultándolo de ellos.

—¿Taiga? —Dice mi viejo, bajando la voz a un gruñido y adoptando una posición agresiva.

Si bien, esta casa es de ellos, ha sido solamente mía por tanto tiempo que se siente como si fuese mi territorio, y ellos no están aquí como invitados. Sintiendo mi territorio y autoridad amenazados, un gruñido sale de mi garganta.

Mi padre parece sorprendido por mi reacción por un momento, pero parece entender de inmediato lo que sucede. Toma la mano de mi madre, y dándonos mucho espacio, se alejan en dirección al vestíbulo. Me muevo junto con ellos, manteniendo siempre a Kuroko a mi espalda. Él se mantiene inmóvil, con su mano tocando mi espalda baja.

Cuando veo a mis padres salir de mi vista, me relajo solo un poco y camino en dirección a mi habitación, llevando las maletas de Kuroko y al mismo conmigo.

—Supongo que tendré que comenzar a llamarte Tetsuya desde ahora. Te convertirás en Kagami en cuanto vayamos a dejar el registro a la oficina civil mañana.

—Aún no sabemos lo que dirán tus padres —, dice Kuroko acercándose a una de las maletas que dejé sobre la cama —, y por como actuaste con ellos antes, no creo que estén muy felices ni nos den su bendición.

—Ya no importa lo que ellos digan. Si es necesario, nos iremos de aquí ahora mismo, pero no planeo dejar tu lado. Nunca —, le digo, y pongo mi mano sobre su cabeza.

Kuroko se voltea a mirarme y apoya su cabeza en mi pecho. Toma una profunda respiración y lo abrazo contra mí.

—Espero que las cosas salgan bien.

—Dame un minuto —, le digo empujándolo suavemente hacia atrás. Bajo mi rostro hacia el suyo y dejo un suave beso en sus labios —. Te vendré a buscar para presentarte luego de que hable un par de cosas con ellos.

Kuroko asiente con su cabeza, y lo dejo en la habitación antes de caminar hacia la sala de estar. Mis padres no están a la vista, por lo que voy hacia el vestíbulo, donde mi madre se apoya en el pecho de mi viejo.

—Se suponía que me ibas a avisar si pasaba algo importante aquí —. Dice mi viejo con los dientes apretados, y mi madre metida entre sus brazos.

—... —No le respondo y los miro por un par de minutos antes de dejarles entrar en mi casa.

—Taiga, ¿por qué no nos dijiste que estabas enlazado? —Dice mi madre después de sentarse en el sofá de la sala de estar.

Me paro frente a ellos, con mi espalda hacia el pasillo por donde se encuentra Kuroko.

—Es reciente.

—¿¡Reciente!? —Dice mi viejo con los puños apretados e igualando mi posición, directamente retándome.

—No voy a permitir que me hables así en mi territorio —. Le digo, con un gruñido bajo saliendo de mi pecho.

—Esta sigue siendo mi casa —, dice él con el mismo gruñido saliendo de él.

Ambos avanzamos un paso a la vez, gruñéndonos mutuamente y nuestros pechos chocan el uno contra el otro antes de que los golpes comiencen.

Ni siquiera pienso en el hecho de que este hombre es mi padre. Es un Alfa que quiere invadir mi territorio. Es un Alfa que quiere gobernar sobre mí, y no lo voy a permitir.

Caemos al suelo, golpeándonos mutuamente, cuando mis ojos se desvían por un momento hacia Kuroko, que nos mira desde la entrada del pasillo. Rápidamente me aparto de mi padre y me paro en una postura defensiva frente a él, mientras le muestro los dientes a mi viejo.

Él se para directamente delante de mi madre, defendiéndola de mí. Como si fuese a hacerle algo a ella.

Puedo sentir cómo comienza a inflamarse mi ojo por unos de los golpes limpios que recibí del hombre, y veo como un pequeño hilo se sangre sale de su labio partido.

La mano de Kuroko me acaricia la espalda y me inclino hacia él sin dejar de protegerlo de esta posible amenaza.

—¿Por qué no nos calmamos y hablamos? —Dice mi madre dando un paso junto a mi padre —. Sal a un lado —le dice — ¿de verdad crees que Taiga me haría algo?

Él se vuelve ligeramente hacia ella, pero no abandona su postura defensiva.

—No, es solo algo instintivo —. Dice él, y empuña sus manos antes de tomar una profunda respiración y enderezarse.

Mi madre se sienta en el sofá y mi padre se sienta junto a ella.

Yo no me relajo en ningún momento y doy unos pasos hacia atrás, llevando a Kuroko más al interior del pasillo.

—Se suponía que no salieras hasta que viniera a buscarte —. Le digo dándome la vuelta hacia él.

—Salí cuando oí el alboroto —Dice. Su mano comienza a acariciar mi rostro haciendo que me calme un poco y me inclino hacia sus caricias.

—Espera aquí hasta que venga por ti —. Le digo —. Ya sé que te gusta meterte en problemas, pero ahora es demasiado peligroso para que estés ahí, así que, por favor, espera un poco más.

—Seguro —. Dice, pero puedo ver que en realidad no lo hará. Dejo salir un suspiro y acaricio su cabello antes de volver a salir, pero siento su presencia justo tras de mí.

—Así que, ¿cómo supieron que estamos enlazados? —Pregunto en cuanto entro en la sala de estar.

Mi madre tiene sus manos sobre el rostro de mi padre mientras se voltea a mirarnos.

—¿Bromeas? —Dice mi viejo —. Ese chico apesta a ti.

Me volteo a mirar a Kuroko, pero él solo se encoje de hombros.

—Kuroko no huele a nada —, digo sacudiendo mi cabeza —, nunca lo ha hecho.

—Tal vez no puedes sentir tu propio olor en él, pero huele igual que tú. Además, por la forma en la que reaccionaste me dice que no solo están en esto desde hace poco.

—Al parecer el lazo comenzó a formarse hace cerca de un año —, dice Kuroko dando un paso junto a mí. Mis nervios se disparan al instante en el momento en que queda a la vista de mi padre.

—¿Quieres decir que desde hace un año están juntos, pero hasta ahora no nos habíamos enterado de nada? —Dice mi padre con las manos en puños. Suavemente intento empujar a Kuroko tras de mi al ver su reacción de agresión, pero Kuroko solo se aleja un paso de mí, impidiendo que pueda protegerlo.

—No —, dice él —. El lazo sentimental comenzó a formarse hace casi un año, pero el lazo físico es bastante reciente.

Como siempre su inexpresividad hace que me sorprenda, y sus palabras hacen que me ruborice hasta las orejas. Escondo mi rostro tras mi mano abierta, pero ha quedado claro para todos lo que Kuroko ha dicho.

—Así que, ¿esto era lo que tenías que hablar con nosotros? —Dice mi madre calmadamente.

—Algo así —, digo dejando caer mi mano y tomando la de Kuroko en la mía.

Lo llevo a sentarnos en el suelo frente a mis padres, con la mesa entre ellos y nosotros, antes de que las cosas realmente importantes salgan a la luz.

KagaKuro - Futari De (Kiseki no Sedai: Daini no Sedai #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora