Capítulo 16

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—Oye, tú, rubito.

Bastian dio un salto, sorprendido y asustado. No me quedó más remedio que estallar en carcajadas. Inicialmente había ido a buscarlo para contarle los últimos avances conseguidos con respecto a la audición, pero al encontrarlo en un salón de ensayos vacío, recogiendo sus partituras y ensimismado en sus pensamientos, no pude resistir la tentación de pegarle un susto.

Había algo divertidamente perverso en hacer brincar al siempre controlado Bastian. Claro, mejor era bailar con él bajo la lluvia, ver desaparecer de su rostro las arrugas de la preocupación para ser sustituidas por una sonrisa, pero estaba claro que había sido un momento único e irrepetible. No era del tipo de hombre que bajaba la guardia con frecuencia.

—¡Casi me matas del susto!

—Por eso fue tan divertido.

—Madura, Deshawn.

—¿Y qué sería de nosotros entonces? —comencé a acercarme. Sin darme cuenta lo hice lentamente. La forma en que la gente se mueve te dice mucho de su personalidad. Con Bastian aprendí que cualquier gesto demasiado fuerte a su alrededor siempre lo ponía en guardia. —Imagina si no pudieras mirarme desde tu alto pedestal, regañarme, exhibir tu superioridad moral, ¿cómo te divertirías?

—Estaba perfectamente bien antes de que aparecieras. ¡Muchas gracias!

—Pero es que me gusta cuando me regañas. ¡Oh, frío rey del hielo! Tus miradas ceñudas son mi alimento.

—Estás de un excelente humor hoy, Deshawn —y aunque intentó parecer desdeñoso, no pude evitar ver cómo una de las comisuras de su boca libraba una batalla por no moverse. —¿Te invitaron a una fiesta con barra libre? ¿Alguna mujer te vio de pasada y se desmayó? ¿Algún fanático escribió en Twitter que no hay nadie como tú?

—No hay nadie como yo, ya ni noto cuando las mujeres se desmayan a mi paso y siempre tengo invitaciones, así que no, no es nada de eso —me senté en la banqueta del piano y lo miré desde abajo. —Tengo noticias sobre la audición de Andrea. —Bastian cerró los ojos y dejó de respirar. —Es en dos meses —proseguí, porque no quería que muriera por falta de oxígeno. —Y una amiga mía que tiene conexiones me va a enviar el programa de estudio de niñas dos años mayores para que...

—¿Cuál amiga? —abrió los ojos de golpe. —¿La chica sofisticada que se cambia el color del cabello cada día? ¿Esa que siempre va a tu casa?

—Esa es Gabrielle.

—No estoy seguro de que sea apropiado que tu novia, llena de tatuajes por demás, se involucre en todo este asunto.

—Solo tiene dos tatuajes y uno de ellos está en un sitio que, estoy seguro, no has tenido la oportunidad de ver —Bastian bufó y mi capacidad de entender a la gente seguramente me había abandonado porque el pianista sonaba ¿celoso? Sí, claro, como si eso fuera posible. —Además, no es mi novia.

—Novia, amante, juguete sexual...

—Ninguna de esas cosas, solo una amiga.

—Sí, claro, me imagino que conoces dónde todas tus amigas tienen sus tatuajes ocultos.

—¡Te juro que es solo una amiga!

En lo que las palabras dejaron mi boca me di cuenta de que me estaba justificando y, lo que era peor, quería que me creyera, vaya a saber Dios por qué.

—De cualquier forma, ¿qué está pensando esta supuesta amiga tuya? ¿El programa de estudios de chicas dos años mayores que Andrea? ¿Quieres matar a mi hija? Ella tiene muchas responsabilidades, el instituto al que asiste es muy exigente y además está su academia de ballet...

El 'Chico Malo' del Ballet (Gay) [Terminada] #3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora