~Narra Bastian~
—¡Odio a los tipos con talento!
No lo grité. Fue más bien como una amarga declaración dicha con rabia pero en voz baja contra la puerta cerrada. De otra forma me hubiese sentido como un hipócrita.
Una muchacha extremadamente talentosa había sido el único amor de mi vida. Ella importó más que mi futuro y mis sueños, valió cualquier sacrificio y todas las mentiras que arrastraba en cada paso que daba, esas que me hacían voltear constantemente sobre el hombro esperando ser descubierto en cualquier momento. La sola protagonista del único sueño adolescente que alguna vez me había permitido era talentosa, sí. La más talentosa de su generación, la mejor de todas, y me enamoré como un loco de ese talento que parecía otorgado directamente por los dioses, pero por sobre todas las cosas de su pasión por lo que hacía. Fue ella quien me enseñó que el talento era solo un elemento más en la compleja configuración del éxito.
El trabajo duro era lo primordial y el tener siempre los pies sobre la tierra era incluso más importante que lo que te era otorgado por la genética. «Tienes que amar lo que haces», me decía siempre con una profundidad rara para una niña de quince años y con la inocencia de quien cree que sus habilidades no son más que algo común.
De más está decir que no se parecía en nada a ese belga irresponsable que había llamado a mi puerta con los ojos rojos después de una noche de juerga y todavía oliendo a destilería. ¡Qué desperdicio! Kylen Deshawn solo tenía talento, una gran dosis de buena suerte y una apariencia que le garantizaba clemencia ante cualquier desaguisado en el que deseara inmiscuirse. Nada de trabajo duro ni de humildad. Justo el tipo de artista que te hace despreciar la odiosa repartición de dones que se lo pone fácil a quien no le importa y difícil a quien lo desea con toda el alma.
Así que si debía suspender el servicio de internet, de Netflix, quitar la mitad de los bombillos de la casa o ponerme a dieta forzada, sin carne y con zanahorias en cada comida, lo haría. Aumentaría el número de horas de clases privadas que daba a chiquillos odiosos cuyas madres deseaban exhibirlos durante las reuniones familiares como el próximo Lang Lang aunque tuviese que tomar té de tilo después. Incluso me arrastraría hasta el viejo piano bar donde comencé mi carrera y al cual solía regresar cuando, junto con el invierno, llegaban gastos extra en calefacción, resfriados inesperados y los necesarios regalos de Navidad para los que nunca alcanzaba el dinero.
Rogaría allí, de ser necesario, por algún turno disponible el fin de semana y entretendría a borrachos sin oficio a costa de mis horas de sueño. A fin de cuentas, vivir al día, hacer recortes, probar recetas vegetarianas y aprovechar las sobras no era algo ajeno en mi vida. No había mayor diferencia entre una taza de té con leche o una taza de té sin nada. Cualquier sacrificio valdría con tal de mantener mi camino lo más alejado posible del de Kylen Deshawn.
Las personas extremadamente talentosas y problemáticas tenían la tendencia de aparecer en mi vida y dejar un reguero de sentimientos destrozados cuando salían de ella. Ya había tenido suficiente de esa medicina.
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El 'Chico Malo' del Ballet (Gay) [Terminada] #3
RomanceKylen Deshawn, conocido también como "el chico malo del ballet", vive su propiamente impuesto exilio en París intentando mantenerse lejos de sus vicios: las fiestas, el alcohol y el sexo. No obstante, este nuevo comienzo que tenía planeado para su v...