~Narra Gabrielle~
Bastian caminaba de un lado al otro de la puerta cerrada. Con toda seguridad al final del día los sagrados y antiguos pasillos de la Ópera Garnier iban a tener un desgaste más que evidente.
—¿Sabes que va a estar bien? —le pregunté desde mi posición estratégica en el último peldaño de la escalera que daba al piso superior. No estaba en mis planes asistir en el futuro próximo a otra gala o cena de beneficencia para recaudar fondos para la restauración de los pisos. —Es una audición, no la inquisición española.
—Sí, lo sé —me contestó, pero sonó ausente, distraído. No ayudaba el hecho de que mientras soltaba esas elocuentes tres palabras mirara tres veces hacia la puerta cerrada.
—No está allá dentro sola e indefensa —le dije intentando otra estrategia para que dejara de destrozarse los nervios llevándose los míos en el proceso.
—Sé que Kylen la cuidará —esta vez sí sonó convencido y como prueba en esa oportunidad la puerta no fue el equivalente inanimado de la cosa más interesante del mundo. —No estoy preocupado —dijo y no le creí ni media palabra. —Solo curioso.
—Claro, pero como dicen: el que espera, desespera. Así que mejor comenzamos a distraerte —di unas palmaditas al espacio vacío a mi lado. —Ven, siéntate aquí.
Tras otra mirada furtiva a la puerta y un suspiro, el rubio se acercó y se sentó a mi lado.
—Creo que no te he agradecido. Kylen me dijo que lo ayudaste a organizar todo esto.
—¿Yo? —negué con la cabeza. —Sólo soy una chica con un salón de tatuajes —me encogí de hombros. —Que conoce a algunas personas. Mi participación fue únicamente como puente.
—De todas formas, muchas gracias —se miró las manos. —Sé que no lo hiciste por mí o por Andrea, sino por él...
—¿Por él?
—Kylen.
—Ah —tuve que hacer mi mejor esfuerzo por no reírme. ¿Esta era la versión celosa de Bastian? ¿Es que acaso no se daba cuenta? —Puedes preguntar, si quieres.
—¿Preguntar? —levantó la vista de sus manos y la enfocó tímidamente en mi rostro.
—O no —me encogí de hombros otra vez. —De todas formas voy a decírtelo —lo miré a los ojos, aunque sin dejar de sonreír. —Kylen Deshawn y yo no fuimos, somos, ni seremos novios, amantes o cualquier otra cosa de tipo romántica o sexual.
—No quise insinuar...
—Sí, lo hiciste y no hay problema. Todo sería mucho más fácil en el mundo si la gente fuera más honesta.
—Te vi varias veces entrar y salir de su casa —dijo luciendo avergonzado.
—Los hombres y las mujeres, incluyendo los extraordinariamente atractivos, pueden ser amigos.
—Ustedes dos se parecen mucho —se rio un poquito. Era de esas risas que se escapan y aunque no llegan a convertirse en carcajadas aligeran todo a su alrededor. —Ambos son hermosos, seguros, artistas. Algunas veces me pregunto cómo fue que...
—¿Terminó en tus brazos? —lo miré e hice una mueca. —Déjame compartir contigo una de mis conclusiones sobre la vida: los filósofos, las series de televisión y las corporaciones esas que hacen tarjetas de felicitaciones han metido un poco la pata repitiendo términos como «media naranja» o «almas gemelas». Si nos llevamos por la semántica, esperamos a alguien que se parezca a nosotros de alguna manera, pero la cosa es que un alma gemela no es alguien como tú, sino alguien que te complementa, que llena los espacios en blanco de tu vida para crear una historia completa, el balance que antes faltaba —dándome cuenta de que me estaba poniendo muy seria, hice una mueca. —Sé cómo funcionan esas cosas de primera mano.
ESTÁS LEYENDO
El 'Chico Malo' del Ballet (Gay) [Terminada] #3
RomansaKylen Deshawn, conocido también como "el chico malo del ballet", vive su propiamente impuesto exilio en París intentando mantenerse lejos de sus vicios: las fiestas, el alcohol y el sexo. No obstante, este nuevo comienzo que tenía planeado para su v...