No es obsesión, se llama amor.

Prologo.

Robar información es fácil, asesinar a personas es mas fácil y la solución mas rápida a un problema, montar conflictos para acrecentar el descontento de las masas, y conspirar para que los pequeñas enemistades escalen a nivel de países también son fáciles de hacer, después de todo los humanos se dejan llevar demasiado de esas pequeñeces que llaman sentimientos. 

Mi padre necesita de una nueva guerra ninja para volver a su aldea y dirigir esta desde las sombras, no le bastaba con tener a todos bajo control, espiando y moviendo peones a su antojo, bueno no es como si me importe. Crear un nuevo conflicto para volverse nuevamente indispensable y muy necesario durante una quinta guerra ninja, es el complicado plan que ha estado urdiendo desde que soy un niño. 

En esta oportunidad debo robar unos planos de nueva tecnología ninja, no es el campo en el que se desenvuelve mi padre, pero lo necesitaba de todas maneras y yo no hago preguntas, solo se me pidió traer los planos que trasportaran los ninja de la aldea de Konoha, y es precisamente en lo que estoy. 

Ya divise al equipo compuesto por un ninja de mayor rango, más tres ninjas de menor rango y edad, es una organización poco productiva, los estudie a la distancia por unos minutos. No eran un problema para enfrentarlos solo, lance unas bombas de humo y repartí unos sellos explosivos para mantener en el perímetro, entre en modo sabio y me lance a la humareda, en busca del núcleo del equipo, a mi derecha uno de los ninjas de menor rango cayo de lleno en uno de los focos de sellos explosivos, con el grito de este su compañero más cercano acudió en su ayuda, dispare unos Kunai hiriéndolo y cambie de posición encontrando con quien trasportaba el pergamino con los planos, era un ninja delgado que usaba una capa y una mascara en su rostro al igual que yo. El capitán de este equipo seguía en combate, la opción más viable para el triunfo  de esta misión era llevarme al ninja con planos y todo de allí. Golpee la parte posterior de la nuca del portador de los planos y me lo lleve haciendo estallar unos kunais explosivos sobre el capitán para distraerlo y evitar el combate la mayor parte del tiempo. 

Aún activado el modo sabio me lleve al ninja lo más lejos que pude, lo deje caer al suelo y busque entre sus ropas el pergamino, pero no estaba. Además a primera vista deduje, por la estatura que se trataba de un hombre y era todo lo contrario, deje de tantear el cuerpo. Cerré lo ojos, debo controlarme, es solo una mujer, no un monstruo. 

-Maldición, yo no cometo esta clase de errores- repace en mi mente todos los movimientos del ataque, pero no se había caído ni allí, ni durante el trayecto. 

-Buscas esto- una voz femenina hablo y me enseño el pergamino en sus manos, entonces el cuerpo en el suelo se volvieron pétalos negros desintegrándose en el suelo esparcidos por la brisa, me puse alerta ya que podía estar en cualquier lado.   

Tiene talento, burlarme así. Pero su equipo estaba compuestos por idiotas, algo de esa idiotez se le habrá pegado a través de la convivencia y trabajo de equipo. 

-Si me entregas el pergamino, te dejare ir con vida- quise negociar con ella, hacerla que se confié y se muestre para robarle los planos. 

-¿Eres tonto o qué?- Nadie me había dicho tonto en mi vida. 

Active nuevamente modo sabio para detectarla, debo ser cuidadoso o me quedare sin chakra, arriba del árbol, salte y extendí mis extremidades, es rápida, lance un shuriken que no logro esquivar del todo, le rompí la mascara. Sus ojos eran rojos con el patrón de un magekyo sharingan, perfecto lo que me faltaba. Un Uchiha.

Cualquier técnica que use podrá imitarla, saque mi espada y la infundí con rayos, seguramente ella es la descendiente de ese Uchiha, entonces esta técnica le sabrá parecida, según mi padre dijo que su alumno solo tuvo una hija, no es como si me importara pero hasta aquí llego el famoso clan. Me lance atacarla pero su técnica ocular la prevenía de los ataques y encima tenia la velocidad para igualarme, gracias a una técnica de raiton que no conocía, envuelta en rayos muy finos que aceleraban sus movimientos y sus golpes fuertes en exceso.