No es obsesión, se llama amor.

34.

La gente alrededor del centro comercial estaba observando al hombre que estaba riéndose a carcajadas, y lloraba al mismo tiempo, el de cabello bicolor estaba afirmado de una pilar mientras reía sin parar de Mitsuki, que ya estaba hasta la coronilla de su risa. 

-Sabes yo no le veo la gracia a mi humillación- dijo aún sumamente molesto, más que por la situación actual sino por la de aquella vez, la anécdota tan vergonzosa y humillante que le acababa de contar. 

-¿Pero cómo se le ocurre? osea pudieron acudir a mi en primer lugar- continuo riéndose. 

-De todas formas, solo pase por la vergüenza. -Recordar ese momento solo hizo que se le espesara la sangre. 

-Si, yo tampoco me lo imagino explicado te -comenzó a reírse otra vez, y en esta oportunidad Mitsuki le golpeo el estomago con el puño, para que dejase de burlarse de él.

-¡Ya no me rió! ¡vamos por ese traje! -un escalofrió se apodero de su cuerpo, el albino ya no iba a dejar que se siguiera riendo de él. 

Se tomaron buena parte de la tarde para escoger, Kawaki tiene un estilo bien definido, nada más entrar a la tienda de trajes, escogió el suyo, conocía perfectamente lo que quedaba bien, pero a Mitsuki nada le gustaba, toda la ropa lo agobiaba. 

-No tiene que ser cómodo, solo debes verte bien- dijo Kawaki como enésima vez. 

-¿Por qué tengo que usar esta porquería? -salio del vestidor solo en pantalones. Estaba aburrido, solo quería abortar misión, trataba de cuestionarse y entender, porque quería tratar de alagar a Sarada vistiendo de traje.

-Hombre ¡no salgas de los vestidores así!- lo empujo dentro -solo espera, déjame traer algo más- se pego en la frente, y luego le llevo otro, este seria el ultimo que le llevaba. Ya no sabia que otro estilo tratar con el albino.

Al cabo de unos minutos de no escuchar quejas, corrió la cortina, el albino lo tenia puesto y estaba viéndose al espejo. - No esta mal -dijo finalmente. Dando su aprobación al traje estilo antiguo, retro de dos colores. 

-Por fin. 

-Sigo sin entender por que tanto alboroto por el traje, hay otro tipo de ropas adecuadas para asistir a un matrimonio -cerro la cortina para quitarse las pendas, en cuanto salio, Kawaki ya había pasado por la caja y le entrego la boleta con la bolsa de papel con el bendito traje.

-Ten - parecía disconforme con el precio también, pero era el único estilo que le gusto, por lo que no reclamo al respecto. -Gracias por todo, dile a Shikadai y Boruto que el fin de semana vamos a comer por ahí -dijo antes de despedirse de su amigo. 

-De todas formas voy a regañar al viejo, por tenerte ocupado. Solo no te desaparezcas Hombre canguro. 

-Está bien.

Desapareció de ahí sin siquiera dejar su sombra en el sitio, llego en un abrir y cerra los ojos a su casa, alzo la vista, se veían como una casa de una familia normal, este seria su hogar desde ahora, quería creer en las promesas de Sarada, y que todo iba a salir bien, apretó los ojos con pesar, y dejo los lamentos en la entrada, desde dentro se podía escuchar la risa de ella, esta riéndose, entro con apuro y se quito el calzado, esta bebiendo té con Tsubaki, mirando como jugaban los niños. 

-Se llevaban increíblemente bien -dijo Tsubaki. 

-Somos familia después de todo, tenemos que llevarnos bien- dijo Mitsuki integrándose. Le agradaba bastante, que su hijo y su sobrina congeniaran, después de todo, Log ya le había adelantado que le fiaría el entrenamiento de su hija.

-Bienvenido a casa -dijo Sarada, iba a ponerse de pie, pero Mitsuki avanzo rápido para impedirlo y la abrazo donde ella estaba, la beso en la frente con dulzura.