13.

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Ya llevaba cerca de un año haciéndose cargo de Ikuto, fue como decidió que debía llamarse el niño a su cuidado, estaba parado fuera de su depto mientras esperaba al niño, Ikuto salio corriendo aferrándose a una mochila que se movía con algo vivo en su interior. 

-Estoy listo papá. 

-Ikuto, tu mochila, ahora dámela- extendió la mano mientras el pequeño, el niño parecía indeciso, pero se la dio de todas formas. En cuanto Mitsuki abrió la mochila Tora salio de su interior y corrió dentro del depto para ocultarse -¿qué he dicho de llevarte a Tora a casa de los Hyuga?

-Lo siento. 

-Vamos antes que me retrase. -El pequeño camino a su lado igualando su paso. 

Las crecientes tensiones entre las aldeas estaban peor cada día, a duras penas se mantenían las relaciones por la amistad entre Gaara y Naruto ambos Kages, su amistad sostenía de alguna forma la alianza de las aldeas y continuaban resolviendo los conflictos mediante la política, con ese panorama en mente Mitsuki no así más que trabajar en cada misión con una sola cosa en mente, la seguridad de la aldea, no por amor a esta, sino por el amor a Sarada, Ryoko, e Ikuto. 

El albino llevaba durante las mañanas a Ikuto con los Hyugas, Hanabi entrenaba al niño, ya que poseía el byakugan, una rutina al día de hoy, los análisis que le habían realizado en la aldea para determinar el grado de peligro que representaba el niño, los cuales no habían arrojado mucho. El niño en cuestión tenia la constitución de un zetsu blanco, con byakugan, regeneración aumentaba nada más. Sarada salio al paso luego que Mitsuki llevara a Ikuto con Hanabi.

-¿Tienes misión?- le preguntó tomándolo de la mano. 

-Si- desde que se había echo cargo del niño se había vuelto distante con ella, Sarada le daba su espacio y se mantenía a la espera que este se abriera y le contara que es lo que le pasaba pero ya había trascurrido un año. 

Ella suspiro algo cansada de la situación ¿qué estaba haciendo mal? -Mitsuki yo ya... no ¿te gusto?

Él detuvo su marcha -me gustas- dijo sin vacilar. Desde que vio a Inojin y a Boruto confesar le sus sentimientos a Sarada, se dio cuenta que se sentía de la misma manera, y lo dijo abiertamente, se preocupaba de decirlo con frecuencia. -¿Por qué? ¿estas insegura acerca de algo? 

Los ojos negros de Sarada vagaron buscando detalles arbitrarios para no mirarlo al rostro -creo que estas diferente, como que algo cambio en la forma en la que nos tratamos. Cada vez me hablas menos. 

Hizo un reparo en sus actividades frecuentes, mantenían los entrenamientos, se reunían en el parque Senju con sus amigos, iba a cenar a su casa con frecuencia y se quedaba con ella a dormir, con Ikuto también, y hablaban bastante, pero de asuntos importantes, eran más de cosas banales. Y es que no podía decirle que había falseado los exámenes que le habían hecho a Ikuto, no quería hacerla cómplice de los verdaderos resultados, además tampoco quería que le tomara mucho cariño al niño pues Kara podría intentar recuperar lo en cualquier momento, la razón por la que dejaba a Ikuto con los Hyuga eran dos, entrenamiento para la autodefensa del niño y que con los Hyugas estaba protegido mientras él estaba trabajando. 

-Hablaré más si es lo que quieres- dijo esquivando los cuestionamientos. Beso su mano -estaré más al pendiente de ti. 

Sarada hizo una mueca, y allí estaba de nuevo no siendo sincero con ella, podía palpar como evita los temas y las instancias para hablar al respecto, pero no era un mal novio. Se sentía mal cuando lo cuestionaba de esa manera.- Iré a Suna con Boruto me enviaran por dos semanas, me dijeron que llevará a otro efectivo ¿quieres ir? 

No es obsesión, se llama amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora