19.

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Abrió la puerta de su casa, cabreado, había tenido una jornada de trabajo demasiado burocrática para su gusto, ni siquiera se había cambiado del uniforme de la policía militar, sólo había huido directo a la salvedad de su casa, por suerte la cena estaba preparada, era extraño ya que Sakura tenía turno hasta tarde en el hospital, entonces vio a su yerno sentado con la espalda echada hacia atrás, mientras su nieto le ponía moñitos en el pelo, enredándolo más que nada, y Sarada le trenzaba la otra parte del cabello, ella también tenía un extraño y aberrante peinado, su casa se había vuelto un salón de belleza. Frunció el ceño dispuesto a reprenderlos de inmediato por no dormir en casa, pero Ikuto separó de inmediato y corrió a su bienvenida abrazándole las piernas.

-¡Abuelo regresaste!- dijo con su cara deslumbrante.

Que brillante, pensó este, se agacho para acariciarle el pelo y de paso quitarse los zapatos -eso debería decirlo yo, que bueno que volvieron. Se puede saber a que salieron y por que.

Sarada sonrió y lo abrazo -no puedes aceptar que nos echaste de menos.

-Solo a ti y al niño -miró serio a Mitsuki, quien le devolvió la mirada con una sonrisa, importándole bien poco su comentario.

-Por que me trata como "niño", soy el hombre de su hija- dijo con todo descaro Mitsuki tirándose por completo al suelo, Ikuto lo vio, aprovecho de ir lanzarse encima mientras reía, usándolo de colchón.

Sasuke frunció el ceño y gruñó, no iba a caer en su juego, interrogó con la vista a su hija. Sarada se había sonrojado levemente por lo que dijo su pareja -fuimos a un escondite de su padre, Mitsuki quiere en caso de que algún conflicto se desate, tanto Ryoko como Ikuto se refugien allí.

El Uchiha escucho con cuidado aquella información - ¿Es seguro? - Sarada asintió. Su expresión se ablando, le gustaba que Mitsuki usará su astucia para algo más que no fuera provocar a la gente en especial a él.

-No está mal tomar medidas preventivas- dijo Mitsuki, levantando a Ikuto sobre sus pies que tenía flectados, el niño reía y estiraba sus brazos haciendo que estaba volando. - Ustedes se quedaran a defender la aldea, me quedaré junto a ustedes, pero quisiera resguardar todo aquello que podría perder.

-Eso es un miedo muy común -dijo Sasuke tomando su libro y sentándose en la sala a esperar a Sakura, le gustaba ver a Ikuto jugar.

-Papá- dijo Sarada y le dio una taza de té, mientras ella se sentó con su gracioso peinado y su taza de té negro a serle compañía.

-Hija- no sabía cómo abordarlo -¿qué sucedió con acosador?- llevaba mucho tiempo sin tener noticias del repugnante sujeto. Tampoco se había reportado ningún incidente relacionado al personaje.

Sarada se puso nerviosa y abrió los ojos de sobremanera. Mitsuki le indico a Ikuto que fuera por sus libros para colorear -yo lo maté- dijo en cuanto el niño cruzó el umbral de la habitación de Sarada.

-Lo reportaron.

-No estoy seguro- dijo cerrando el puño, provocando un sangrado en la pala cuando se enterró sus propias uñas. -Pero me habría gustado matarlo lentamente.

-Suenas como un homicida, cuida tus palabras.

-Fui muy descuidada en esa ocasión papá- ella había bajado la mirada enterrandola en el suelo de la sala- cai como una tonta en su trampa, me dirigió con una facilidad...

Mitsuki se haba puesto de pie y se sentó a su lado- descuida aunque fue muy poco le hice pagar por lo que te hizo.

El Uchiha no necesitaba más detalles, cerró los ojos tragándose su ira -Entonces no tengo porque reprocharte, solo te pongo en aviso, tu padre debió enseñarte a ser controlado, metódico y muy eficaz. Harás uso de todo lo que te enseño y te volverás alguien que merezca estar al lado de mi hija.

No es obsesión, se llama amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora