Poema.

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Narra Gabriel.

Si había algo que me llevaba a otro mundo, era la literatura, podía pasarme largas horas, sólo leyendo, cualquier tipo de libro, últimamente leía mucho sobre filosofía, mentiría si dijera que no es por Renato, pero esa fue una de los lindas costumbres que me dejó, y de la que más podía disfrutar.

La clase de lengua y literatura, había comenzado, todo el mundo sabía que era mi preferida. - Bueno, hoy necesito que se tomen toda la hora, para escribir un poema - dijo dejando los libros en el banco. Todos los alumnos se quejaron al unisono, obviamente excepto yo, escribir era lo que mejor se me daba, y ese sí, era un secreto que nadie, absolutamente nadie sabía.

Había muchas cosas sobre las cuales me gustaría hacer un poema, pero una de las opciones se destacaba, y quería aprovechar eso, quería aprovechar el dolor que sentía en éste momento, todo éste dolor que estoy sintiendo hace más de un mes. Tomé mi lapicera, me coloqué los auriculares y comencé a liberar ideas.

Luego de unos cuantos minutos, al fin había terminado el trabajo. Levanté la mirada, observando como Renato mordía su lápiz y rascaba su cabeza, siempre hacía eso cuando la situación lo superaba, se ve que no le caía ninguna idea. Estaba sentado sólo, Eloy estaba enfermo hace unos días, casi por inercia comencé a caminar hacia él. - Necesitas ayuda - dije sentándome a su lado. Él me miró, exorbitante, debido a mi presencia.
- No se me cae una idea - me contestó dejando el lápiz sobre su carpeta, resignado - Tenés que tener un punto de inspiración Tato - contesté tocando su hombro.  - ¿Vos ya terminaste? - preguntó mirándome a los ojos, y yo sentí como mi corazón se achicó
- Sí - respondí con una pequeña sonrisa - ¿y cuál fue tu punto de inspiración? - re-preguntó. Vacilé un poco a decírselo, no sabía como reaccionaría, pero al final lo hice
- Vos - suspiré y el también, nos quedamos solo unos segundos así, conectando miradas - Gabi yo ... - necesitaba saber que quería decirme, pero el profesor nos interrumpió.
- Gallicchio ¿Ya tiene su poema? - yo asentí, y pase a leerlo frente a la clase.

- Fuiste lo más lindo que pudo pasarme
ahora me da miedo,
volver a encontrarte
Lo que teníamos se fue a la basura,
quizá fue por mi actitud insegura. -

Comencé a leer.

- La tarde que me dejaste
mucho llegaste a herirme.
Dijiste cosas que me dolieron,
se metieron dentro de mí,
y nunca más se fueron. -

Levanté mi mirada, conectando con Renato.

- El futuro que planeamos,
no te importó, sólo te rendiste
y rápidamente todo se desmoronó. -

Ésta vez lo miré fijamente, y recité la última estrofa, directo a sus ojos.

- Si me amabas... -

Respiré hondo, para no comenzar a llorar, y seguí.

- Si me amabas
¿Por qué tanto dolor me causabas?

Al finalizar todos me aplaudieron, incluso el profesor. El timbre sonó, rápidamente el salón de vació, quedando sólo Renato y yo.

- Ya no puedo manejar ésta situación - dijo con la mirada en el suelo, yo me acerqué
- ¿Qué cosa? - pregunté
- Te extraño tanto... Y eso que acabas de recitar, me partió en mil pedazos. - confesó
- ¿Y entonces? - volví a preguntar, tomando su rostro entre mis manos.
- Es difícil... - en ningún momento se opuso al contacto, y eso me dió confianza, para finalmente besarlo.

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