Feliz

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|| Holis, nunca se me dió por dejar una nota, ni nada por el estilo, pero supongo que al ser éste el ante último capítulo, lo ameritaba. Quería agradecerles por darse un tiempito para leerse esta linda historia que escribí, que me hayan bancado cuando no actualizaba, que hayan dejado cada comentario, apoyándome. Ustedes hicieron ésto posible, así que gracias, miles de gracias por estar acá, les amo ||

Gabriel no quería ilusionarse con las palabras de Renato, aunque le era bastante imposible, cuando hablaba de "amor". Lo miró, buscando algún tipo de explicación sobre sus palabras, el castaño lo observaba, pero parecía que no iba a hablar.

- Che locura por amor, explicate mejor, no entiendo a que te referís - dijo, dando un leve empujón en su hombro.

- Gabi ¿Alguna vez hiciste una locura por amor? - preguntó, mordiendo su labio inferior, el castaño se perdió en su sensual acción.

- Dejar todo de lado, arriesgando mi reputación en la secundaria, dejando de lados mis mayores miedos, para poder estar de novio ¿Cuenta como locura por amor? - dijo el ojiverde, utilizando un toque de sarcasmo en sus palabras.

- Mmm puede ser, sí. - respondió el otro, inclinando su cabeza, cortando distancia con su ex novio.

Gabriel tragó saliva, debido a la cercanía del chico, lo conocía bastante, y sabía cuando comenzaba con su atrevido juego de coqueteo.

- Entonces sí, hice una locura por amor ¿Vos? - re-preguntó imitando la acción del ojimiel, dejando un toque en su mentón.

- Quedarse en un provincia desconocida, lejos de mi familia, tan sólo por un chico del que me enamoré en seis meses ¿Cuenta? - contestó sonriendo, sus hoyuelos se marcaban de forma prominente, y sus ojos brillaban de manera exagerada.

El semblante de Gabriel cambió por completo, estaba aturdido debido a la noticia del chico. Se tomó de los rulos con las dos manos, y su sonrisa iba de su boca, a sus ojos, era de esas sonrisas verdaderas, de esas que no podían ocultarse.

- ¿No me vas a decir nada? Hola Gabriel, me quedo acá, con vos, decime algo, no me digas que te arrepentiste, la puta madre ya cancele el pasaje
¿Qué hago? Sos un t... - el pequeño intentó continuar, pero los labios de Gabriel se lo impidieron, ya que estaban sobre los suyos, besándolo, sin apartarse ni un segundo.
Renato sonreía mediante el beso

- Para jajaja Gabi - decía una y otra vez, intentando apartar al chico, el cual no parecía tener intención de hacerlo, ya que comenzó a dejar besos en todo el rostro del castaño.

- No quiero parar nada - respondió tirándose a la cama, llevándose al menor con él, quedando éste abajo.

- Te amo - dijo uniendo sus frentes, con la respiración agitada.

- Te amo más, mucho más. Nunca más pienses que no lo hago, porque Gabriel, cambiaste mí vida entera - las lágrimas ya eran imposibles de contenerlas, y no, no lloraban de tristeza, lloraban de felicidad, porque estar juntos, unidos, era lo que más los contentaba.

(...)

Luego de unos minutos, se separaron, para finalmente poder hablar.

- ¿Qué te hizo cambiar de opinión? Digo, hace unas horas me dijiste que te ibas - preguntó el rizado, acostado sobre el pecho de su, ahora novio nuevamente, el cual jugaba con sus rulos.

- Hablar con mamá... Ella me convenció - respondió haciendo trenzas, extrañaba eso.

- ¿Le hablaste a tu mamá sobre mí? - dijo sorprendido.

- Sí, y antes de que se vayan, toda mí familia, quiere conocerte. - Gabriel se levantó de golpe, mirando al menor.

- ¿Posta? Wow, no me lo esperaba - beso los labios del chico nuevamente.

- ¿Vos crees en el destino? - Renato parecía tener muchas incógnitas por resolver, y nada mejor que hacerlo con el amor de su vida.

- Puede ser, digo, estoy seguro que nuestro destino es estar juntos. - dijo simplemente, como si la respuesta fuera la correcta.

- Yo quiero que mí destino esté atado al tuyo, quiero que mí destino, seas vos -

Y volvieron a besarse.

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