Provocar(te)

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La clase de historia transcurría con calma, algunos alumnos jugaban a la cartas, otros usaban sus celulares, y muy poco eran los que prestaban atención, uno de estos era Renato, anotaba cada palabra que estaba escrita en el pizarrón, tomaba apuntes de cualquier cosa que le parezca importante, y Gabriel lo miraba, no podía dejar de hacerlo, estaba como hipnotizado por el castaño, sonreía cada vez que el pequeño fruncia la nariz, cuando no entendía algo, y lo cautivaba cuando veía la manera en la que se llevaba el lápiz a la boca, mordiendolo con delicadeza.

- Tato, Tatin, Tatito - decía tocando la oreja de su compañero para captar su atención
- Para Gabi, que tengo que tomar los apuntes - respondió sin quitar la vista del profesor - Daaaale - insistió alargando la "a" y tocando su cuello, haciendo que el pequeño largue una carcajada debido a las cosquillas que le causaba - Mmm tenes cosquillas en el cuello - seguía torturandolo - Gabi por favor - le dijo agarrándole la mano. - Ufff, que aburrido que sos - habló cruzandose de brazos. «Me gusta tanto» pensó mirándolo fijamente, ya ni siquiera se lo negaba. Se exalto cuando sintió la mano de su compañero, sobre su pierna izquierda - Aburrido es justamente lo que menos soy Gallicchio - dijo sin quitar la mirada de la clase, pero subiendo lentamente la mano por el muslo del rizado, hasta casi llegar a su entrepierna. - ¿Qué-qué hac... haces? - preguntó con la voz entrecortada debido a la excitación - Demostrandote que no soy aburrido - respondió mordiendo su lengua, bajando la bragueta del pantalón y rozando du miembro

La imaginación de Gabriel viajaba demasiado, tanto que tan sólo con sentir el roce de los dedos de Renato, sobre su parte más íntima, sentía como se iba poniendo duro, así que sólo pensó en una solución
- Profe necesito ir al baño - dijo parandose de golpe, haciendo que Tato se ría por lo bajo. - vaya Gallicchio - respondió el hombre.

(...)

Gabriel se miró al espejo, mojandose un poco el pelo, y luego el rostro, tenía que alejar cualquier pensamiento obsceno que tenga que ver con Renato, de su cabeza.

- ¡Bu! - dijo el castaño asustando a su amigo - ¿Qué haces? ¿Estás loco? - reprochó alejandolo - No te vas a escapar tan fácilmente de mi, Rulitos - contestó, acorralandolo dentro de uno de los cubículos del baño, cerró la puerta con traba, y atacó la boca del mayor, con un beso feroz, acompañado de mordidas. - ¡MIERDA! - exclamó cuando sintió la mano del menor dentro de su boxer - Sssh, nos van a escuchar - dijo tapandole la boca.
- Sos muy lindo - dijo besando su cuello, haciendo que al rizado estremecerse. Luego de unos minutos, el mayor sentía que iba a llegar al orgasmo, hasta que para sorpresa de él, Renato sacó la mano. - No te la voy a hacer tan fácil - habló, retirándose del baño, dejando a un Gabriel excitado, sin poder creer lo que acababa de ocurrir.

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