El encuentro, parte 2

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El destino a veces te juega malas pasadas, como también buenas, hay personas que no creen en él, otras que sí. Por muy loco que suene, es totalmente increíble como muchos acontecimientos de nuestras vidas, están marcadas por él.
Podés escaparle a lo que sea, podes mentirte a vos mismo, a tu familia, amigos, hasta a la persona que más amas en el mundo entero, pero tarde o temprano, si el destino quería que ocurriera, si el destino estaba escrito, no hay escapatoria, se cumpliría.

Narra Gabriel.

- Hola Conde - escuché sobre mi oído, y esa voz, esa voz se me hizo conocida, me di vuelta

- Al fin Tengue - respondí, pero me quedé helado al verlo a él, con razón su voz me era familiar, no entendía que hacía ahí, ni tampoco entendía por qué me dijo Conde

- ¿Qué-qué haces acá? - pregunté tartamudeando debido a mis nervios. Él me miró confundido, parecía que estaba tan perdido como yo.

- Eso mismo te pregunto yo - me contestó frunciendo el ceño.

- ¿Por qué me llamaste de esa manera? - dijimos al unísono. Nos miramos unos cuantos minutos, ni saber que decir o hacer. Recordé la primer foto que me había mandado, esos labios, esos labios eran iguales a los de Renato, el user de su cuenta, referido a Cerati, las coincidencias, esa vez que fuí a encontrarme con el Tengue, y me alejé del lugar, porque era Renato el que estaba sentado en el banco del parque, de repente comencé a atar cabos, reuniendo datos, y llegué a una conclusión muy loca, el Tengue, era Renato.

- ¿Sos vos? - pregunté con miedo a la respuesta. Noté como él comenzó a marearse, perdiendo estabilidad, lo ayudé a sentarse en la silla

- Tomate el café, te va a hacer bien - me hizo caso, luego de que se tomará un par de sorbos, comenzó a hablar

- Perdón, es que desayuné nada. No entiendo Gabi ¿Fuiste vos todo éste tiempo? - me miraba fijamente, buscando una respuesta.

- Sí... Te juro que nunca supe que vos eras el Tengue, no puede ser. - respondí agarrándome la cabeza y mordiendo mi labio inferior.

- Hablamos todo éste tiempo, nos contamos cosas, hablamos sobre nuestros exs, y al final estábamos hablando sobre nosotros mismos, ésto es una completa locura - agarró una medialuna y se la comió de dos bocados, me reí.

- ¿Qué te causa? - me preguntó con la boca llena.

- No entiendo como podés comer tanto, es eso - alcé mis manos, en señal de no saber que más decir, todavía riéndome.

- A vos te causa que yo coma una medialuna ¿Posta? Boludo, hablamos durante medio año, sin saber que éramos nosotros, me parece un montón. - tenía razón, era increíble lo que estábamos viviendo.

- somos unos tarados ¿Cómo no nos dimos cuenta? - ahora que me ponía a pensarlo, era bastante obvio, siempre que hablábamos, justo los dos estábamos en la misma clase, los dos habíamos terminado con nuestras parejas al mismo tiempo, pero había algo que no encajaba. Recordé por qué el Tengue dejó a su novio, y ahí me quedé helado.

- Renato, Tengue, no sé cómo llamarte, necesito preguntarte algo - dije mirándolo fijamente, él asintió con otra medialuna en la boca. - ¿Vos me dejaste porque te vas a vivir al sur? - pregunté con la voz apagada, él se quedó estático con mi inesperada pregunta.

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