Si tu te vas.

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Narra Renato.

Haberlo escuchado recitar ese poema, había movido algo dentro mío, él realmente creía que yo ya no lo amaba, y si bien ese era mi objetivo, hacerle creer que ya no siento nada por él, ahora me dolía, me dolía saber que estaba mal por algo que no era cierto. Cuando me miró directamente a los ojos, pude ver a través de ellos
"Los ojos son la ventana a el alma" cuanta verdad había en esa pequeña, pero significativa frase.

- Ya no puedo manejar ésta situación - dije en un suspiro, sin poder mirarlo a los ojos, él se acercó

- ¿Qué cosa? - me preguntó, y yo no sabía que responder, lo único que quería decirle era que lo extrañaba, y lo hice.

- Te extraño tanto... Y eso que acabas de recitar, me partió en mil pedazos. - confesé y fue como sacarme un peso de encima.
- ¿Y entonces? - re-preguntó apoyando sus dos manos en mí rostro, haciendo que nuestras miradas se junten. Me sorprendí con su toque, pero no me alejé, lo extrañaba.
- Es difícil... - dije sin más. Él al notar que yo no tenía intención de apartarme, juntó nuestros labios, en un beso tierno, un beso pequeño. Sentí que un zoológico entero se movía dentro mío, había extrañado demasiado sus labios, había extrañado como sus manos acariciaban mí nuca, extrañaba mis manos en su cintura, lo extrañaba tanto. Luego de unos minutos nos separamos, los dos sonreíamos.
- ¿En serio no me amas? - me preguntó
- Te amo - le dije abrazándolo, él hundió su nariz en mí cuello, tal como solía hacerlo hace un mes atrás, aspirando mí aroma - extrañaba tu olor - dijo con su boca sobre mí piel, haciendo a mí cuerpo estremecerse. - yo tus rulitos - respondí hundiendo mis dedos en ellos.
- ¿Y ahora? ¿Cómo sigue esto? - se alejó de mí, agarrando mí mano.

- No podemos estar juntos Gabi - le dije soltandome de su agarre. Él me miró confundido, evidentemente esa no era la respuesta que esperaba.

-¿Por qué? - su mirada estaba pérdida, se veía muy aturdido.

- Es muy difícil, te juro. - no sabía cómo explicárselo.

- Para vos todo es difícil Renato, adivina algo, nada en ésta puta vida es fácil. Para mí no fue fácil alejar todos mis miedos, pero por vos lo hice. Para mí no fue fácil enfrentar a mí familia, pero por vos lo hice. Por vos tuve el valor Renato, y eso no sabes verlo. - sus rostro estaba empapado de lágrimas, sus dientes se apretaban con fuerza, la bronca había invadido su cuerpo por completo. Su mandíbula se marcaba debido a la fuerza que estaba haciendo, nunca lo ví de esa manera.

- Gabriel, va a ser mejor que lo dejemos acá. Yo busqué que pienses que no te amaba, porque así sería más fácil que me olvides. - dije ahora con lágrimas también, si quería que el deje de amarme, nunca tendría que haber seguido ese beso. Todo sería más fácil para él, si pensara que soy una mierda, que ya no lo amo, pero aflojé, aflojé, y caía ante él. Me levanté de la silla, encarando hacia la puerta.

- Renato, si te vas... Si te vas no va a haber vuelta atrás. No me vas a ver más como ese chico que te confesó su amor frente a todo el curso, con un poema - me paré en seco, una parte de mí quería correr hacia él, pero la otra parte me decía que debía irme, y opté por la segunda, sin mirar atrás, salí del salón.

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