El clan Inuzuka.

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Los Inuzuka residían en una pequeña aldea rodeada de imponentes cerros. Su sustento principal provenía de la crianza de ovejas y la agricultura. Antaño, disfrutaban de generosos ingresos al ser contratados por los Feudales y otros adinerados para llevar a cabo misiones especiales, pero esa época había llegado a su fin.

La causa de este cambio radicaba en la guerra desatada entre los clanes, cuyo propósito era monopolizar el mercado de las misiones. Diversos líderes de clanes poderosos buscaban acaparar todas las misiones, lo que requería eliminar a la competencia. Varios clanes ninja fueron erradicados por completo; algunos de ellos poseían un gran poder, pero al encontrarse en lugares estratégicamente desfavorables, no pudieron resistir los constantes ataques provenientes de todas las direcciones.

Como consecuencia, se produjeron grandes migraciones de clanes ninja hacia lugares más seguros. Aunque mudarse era riesgoso, representaba una opción mejor que enfrentarse a múltiples oleadas de shinobis y perecer después de semanas de asedio. Los Inuzuka también emigraron y ahora residían en un lugar apartado del resto de los clanes. Su agudo olfato y su desarrollado oído les permitieron sobrevivir en estos tiempos de guerra.

Aunque ya no dependían de los ingresos generados por las misiones debido al conflicto predominante, continuaban entrenando diligentemente. Era de vital importancia que todos los miembros estuvieran preparados para defenderse en caso de un ataque.

Aunque el clan Inuzuka no poseía el mismo nivel de poder que los influyentes clanes Senju y Uchiha, destacaba en el aspecto de la supervivencia. A diferencia de ellos, los Inuzuka habían logrado mantener a la mayoría de sus ninjas, gracias a la sabia decisión de su líder de diversificar sus fuentes de ingresos, apartándose de la dependencia de los contratos de misiones. Esta estrategia les brindó resultados positivos al reducir su necesidad de competir constantemente con otros clanes por oportunidades de contratación.

La guerra actual era agotadora. Los shinobis no se enfrentaban entre sí por encargos específicos, sino que luchaban por la simple oportunidad de subsistir, ya que los clanes ganadores de la guerra recibían más misiones, dejando a los demás en una situación precaria.

El líder del clan Inuzuka se destacaba por ser el único que no sucumbía a las influencias de un ser misterioso con un cuerpo negro y cambiante, conocido como Zetsu, que manipulaba a los demás líderes poco a poco con su retorcida lengua.

Aunque Shinji Senju tampoco obedecía a Zetsu, este último lograba manipular a algunos miembros del clan para presionarlo a entrar en la guerra. Resultaba increíble cómo el caos en el mundo ninja estaba mayormente provocado por este ser extraño. Zetsu se sentía como un gran maestro de marionetas, cada pequeña acción suya desencadenaba un efecto dominó de consecuencias impredecibles.

Así como un simple aleteo de mariposa puede desatar un tornado bajo las condiciones adecuadas, Zetsu, con su astucia maquiavélica, operaba de manera similar, provocando males de gran magnitud a partir de decisiones en apariencia insignificantes.

A pesar de los avatares causados por la obra malévola de Kuro Zetsu, los Inuzuka fueron uno de los pocos clanes que lograron mantenerse relativamente indemnes ante su influencia. Su autonomía y capacidad para resistir las artimañas de Zetsu les otorgaban una posición única en medio del caos que asolaba el mundo ninja.

El tranquilo ambiente de la aldea se veía interrumpido por la actividad constante de sus habitantes, quienes se dedicaban a las labores agrícolas bajo el resplandor del sol. Para el clan Inuzuka, la ausencia de misiones representaba una anomalía, pero mientras pudieran mantener sus entrenamientos, se sentían satisfechos con mantener su destreza.

Los niños, entusiasmados, jugaban con sus fieles compañeros caninos, enseñándoles habilidades básicas como rodar, dar la pata o encontrar objetos ocultos. Mientras tanto, los aldeanos, conscientes de la necesidad de estar alerta, mantenían una vigilancia constante en los alrededores.

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