Shinji permanecía impasible en medio de una multitud hostil. La adrenalina corría por las venas de sus noventa rivales, cada uno marcado por la pérdida de un ser querido a manos del líder del clan Senju. La guerra entre clanes, que había estallado tres años atrás, mantenía en vilo a todos, especialmente a los poderosos Uchiha y Senju, cuya rivalidad era legendaria. Sin embargo, en ese momento, Shinji representaba una calma en medio de la tormenta, su presencia destacando entre la tensión y la sed de venganza que saturaba el aire.
En medio de la implacable guerra entre clanes, la estrategia primordial era la eliminación de los poderosos linajes que dominaban el escenario. En cada confrontación, se forjaban alianzas temporales entre clanes más débiles para hacer frente a los titanes del conflicto. Este patrón se repitió una vez más cuando los clanes dominantes, los Uchiha y los Senju, se preparaban para el choque.
En el fragor del combate, un intrépido ninja se abalanzó hacia Shinji, desencadenando una violenta ofensiva. Sin embargo, la serenidad de Shinji permaneció inquebrantable, y con un movimiento rápido bloqueó el golpe con su brazo, desencadenando un crujido siniestro que anunciaba la fractura de la extremidad del atacante. Este, postrado en el suelo, se retorcía en agonía mientras Shinji, imperturbable, ponía fin a su sufrimiento con un golpe certero de su espada.
La escena se repitió una y otra vez mientras más ninjas se lanzaban hacia él, ávidos de venganza y sedientos de sangre. No obstante, Shinji parecía danzar entre las hojas de acero con una gracia sobrenatural, esquivando cada golpe con una destreza impecable. Cada contraataque suyo era letal, destrozando huesos y provocando hemorragias internas que dejaban a sus oponentes postrados en el suelo, al borde de la muerte.
En menos de un minuto, veinticinco cuerpos yacían inertes en el campo de batalla, testigos mudos de la supremacía de Shinji en el arte del combate. Sin embargo, para sus enemigos la verdadera prueba aún estaba por llegar, pues los ninjas sabían que enfrentarse al líder del clan Senju en un combate cuerpo a cuerpo era una empresa que desafiaba la cordura misma.
Shinji consciente del peligro que podría representar un ataque a larga distancia de sus enemigos, optó por tomar la iniciativa, anticipando los ataques de jutsus a larga distancia que seguramente vendrían. En un instante de lucidez, desenrolló un pergamino que había llevado consigo y extrajo de él un gran shuriken. Con un rápido movimiento, infundió chakra en el arma, haciendo que esta cobrara vida propia y comenzara a girar sobre su mano con un zumbido ominoso.
El shuriken, imbuido con el poder del viento, adquirió un alcance y una letalidad sin igual, convirtiéndose en un arma temible en manos de Shinji. Con un movimiento certero, lanzó el shuriken hacia sus adversarios, desafiando la distancia con una precisión milimétrica. El proyectil cortó el aire con un silbido agudo, acercándose inexorablemente a su objetivo con la velocidad de una bala.
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Naruto: la historia de los bijuu.
De TodoEsta novela se ubica en una época muy antigua. Miles de años antes de crearse las cinco grandes naciones ninja. Cuando las nueve bestias con cola eran unos chachorros y convivían con el Sabio de los Seis Caminos. A partir de un trágico evento los bi...