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La mujer de Robert era muy amigable, era un poco como Michael pero que sabía yo porque ni siquiera conocía bien a Michael, es más, ¿Por qué estaba pensando él? Entonces giré mi mirada y ahí estaba él, mirándome de nuevo con esa típica sonrisa de embobado. ¿Qué estaría pasando por su cabeza?

La señora Clifford trajo unos cuantos platos, luego trajo la comida que se veía muy deliciosa, enserio que sí. Ella nos invitó a sentarnos y yo me senté al igual que mi madre.

—Oye, Crystaline —Me susurró Michael sentándose a mi lado.

—No quiero hablar contigo, okey —Le dije en un tono bajo.

Lo oí suspirar levemente, yo me di la vuelta para verle y en su cara se notaba su tristeza. Yo aún no caiga en que él quisiera ser mi amigo y claro que nunca dejaría que lo fuera, era mejor ignorarlo, sí.

Todo estaba completamente en silencio hasta que llegó la señora con los cuchillos, cucharas y tenedores. Ella se sentó al lado de su esposo quien estaba en el "trono" como le decía yo a la silla más grande de la mesa.

—Bueno, Elizabeth, ¿Cuándo se mudaron ustedes a este vecindario? —Comenzó a interrogar a mi madre mientras comía.

—Somos de los suburbios de Chicago y mi hermana Gemma nos brindó viajar para acá ya que su esposo murió hace unos meses —Soltó ella mientras le daba un mordisco a su carne.

—¿Y tienes marido Elizabeth?

—Soy madre soltera. Mi ex marido se fue de la casa y nos divorciamos hace unos años aunque era un sinvergüenza y un maniático del alcohol.

—Oh, eso debió ser una experiencia muy mala —Dijo mientras comía de su lechuga— Entonces, ¿Cómo se llama tú hija?

-Me llamo Crystaline Jones —Dije de repente con la mirada baja, no quería chocar miradas con ella.

—Tienes una voz muy preciosa, Crystaline —Me dijo. Yo me metí un bocado de comida a la boca para no decir gracias ni nada por el estilo pero mi madre me dio un codazo y en cuanto tragué me dispuse a decirlo.

—Gracias.

—¿Y tienes novio preciosa? —Me preguntó.

Novio, eso no era para mí.

—No, nunca he tenido uno —Murmuré.

—Oh, bueno.

—¿Y cómo se llama él? —Cuestionó mi madre señalando a Michael quién no había dicho ni una sola palabra en todo el transcurro.

—Me llamo Michael, Crystaline y yo nos conocemos —Soltó, yo lo miré de repente.

—Así que se conocen —Comentó— ¿Van en el mismo instituto?

—Sí, vamos en el mismo instituto pero no en el mismo grado —Le respondió Michael— Calum va con ella pero será temporal ya que él tiene que coger unas cuantas clases porque se perdió la mitad del año, ya saben de esa historia.

—Oh —Susurré.

Después de unos cuantos minutos más todos terminamos de comer. Yo solo quería irme de esa casa, irme de Australia, eso.

Nos despedimos de la familia de los Clifford y cruzamos la calle con precaución o al menos mi madre lo hacía cuando estaba yo en su presencia, pero ese no es el caso que me estaba molestando en este instante. Lo que me molestaba era vivir en frente de la casa del idiota.... "perfecto" ¿Pero qué rayos estoy pensando? "¿No te das cuenta? Él te ama." ¡Me estoy volviendo loca!

Me adentré a mi cuarto. Todo estaba tan desordenado. Estaba tan frío y desolado al igual que yo. Pero no era tiempo de pensar en mí, era tiempo de pensar de mi estúpido futuro.

[...]

Me desperté al otro día y mi madre no estaba gritando como una loca maniática. Miré la hora y el día en mi celular. Jueves, siete y media de la mañana, tenía que bañarme y alistarme rápido porque faltaban unos cuantos minutos para entrar a clases.

Ya saben, me duché y blablablá. Me puse lo típico; unos pantalones de color negro, una remera del mismo color, una camisa a cuadros de color verde y unos converse.

Desde la última vez que no pude trazar una insignificante línea en mi párpado no quise volver a maquillarme más nunca por todo este proceso de mudanza. Bajé las escaleras y no vi a mi madre, al parecer había cogido mi consejo y no se puso a hacer desayuno para mí, porque yo no me lo comía así que era una estupidez.

Abrí el portón gigantesco y luego lo cerré. En cuanto dirigí mi mirada hacia el frente de la calle vi a Michael cerrando la puerta de su casa y con un nuevo tinte algo rubio pero tenía una gorra puesta así que no lo pude descifrar muy bien. Llevaba unos pantalones negros y suéter manga larga (la manga estaba algo subida) pero el frente era blanco y las mangas de color negro con estrellas, tenía como un toque rosado y traía unos converse que hacían juego con suéter, por un segundo pensé: Qué lindo te ves hoy, Michael. Pero no, ¿Qué me pasa? 

my four idiots ✧ mgc (book #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora