-¿Qué te gusto mucho? ¿Estás seguro? Lo que acabas de decir es realmente estúpido.
-¿Podrías dejarme tranquilo con eso? Yo solo te quiero y ya, y será mejor olvidarte porque por lo que veo contigo no hay oportunidad alguna -Respiró hondo haciendo que mi mente se congelara por sus palabras- ¿Quieres que te lleve a tú casa? Es lo mejor que se puede hacer ahora. Quédate con el disco, no tengo problema con que te lo quedes.
No dije palabra alguna. Envolví el disco entre mis brazos y bajé mi mirada caminando por el camino derecho, por donde Michael había conducido para traerme hasta la tienda.
Él no hizo nada más que subirse al auto y dejarme ir. Sé que en lo más profundo de mi corazón estaba destrozada por lo que Michael Clifford me había dicho.
«Yo solo te quiero y ya, y será mejor olvidarte porque por lo que veo contigo no hay oportunidad alguna...»
Esas palabras me llegaron hasta lo más profundo de mi alma haciéndome temblar. Tenía esa de ir a abrazarlo y decirle que nunca me iré de su lado a pesar de todas las cosas.
-
Me desperté, mierda que dolor de cabeza. Eran las doce el medio día. Era la primera vez que me levantaba a esa hora.
Era sábado, un sábado nublado de octubre. Ya era primero de octubre significado que se acercaba mi cumpleaños que era el once. Mi madre se adentró a la habitación con una bandeja con varios medicamentos para el extremo dolor de cabeza que tenía desde anoche.
-Oh mi dios, me duele.-Susurré agarrando la pastilla que mi madre me pasó para bebermela.
-Te vas a enfermar muy pronto.
-Sí, eso lo tengo presente y claro como el agua. Estúpida gripe.-Murmuré rodando los ojos para luego coger la pastilla y tragármela con un vaso de agua.
-No te sientas mal por eso. Creo que te iría bien estar con Michael un rato.-Mi madre me guiñó el ojo y yo negué haciendo una mueca recordando lo que había ocurrido.
-No, ayer nos fue de lo peor. Fuimos a comprar el disco de All Time Low, me obligó a que lo cogiera y terminamos discutiendo.
-¿Te importa? -Cuestionó acercándose para abrazarme- si te importa es porque sientes algo por él.
-¿Estás loca mamá? Claro que no.
-Crystaline, deja de negarlo porque sabes que es verdad. Él te importa.-Dijo mi madre poniendo su brazo alrededor de mi hombro.
-Admito que me sentí mal y solo diré eso.-Dije cruzándome de brazos.
-¿Ya lo ves? Te importa.-Volvió a decir. La miré pensando.
¿Y sí de verdad me estaba importando demasiado?
-Iré a hablar con él.-Dije en un tono decisivo.
Me levanté de la cama aún con la duda de ir o no. ¿Era necesario? Nosotros dos éramos tan complicados. Agua y aceite.
Mi madre me dio un beso en la frente y se marchó llevándose la bandeja con ella. Suspiré hondo. Aún me estaba matando la cabeza pero debía resolver este problema, el problema que siempre ha estado interponiéndose entre nosotros.
Me di una ducha y todo eso. Me puse mi ropa más típica, unos jeans desgastados de color verde baba, una camiseta de cuadros de color azul y mis converse.
Y, salí.
-
-Eres muy negativa -Suspiró levemente.
-¿Qué quieres que haga si no estaba en su casa? -Fruncí mi ceño. Calum estaba en la línea y le había contado todo lo que pasó.
-Generalmente está en un parque. Camina un poco más y deja de ser cobarde.-Dijo en un tono enojon.
-No quiero. De seguro me va a reclamar, lo sé.-Hice un leve puchero. Calum volvió a suspirar.
-Hazlo.
Él colgó la llamada sin ni siquiera despedirse de mí. Sabía que Calum estaba enojado porque nunca se ponía serio para nada, al menos que esté enojado. Caminé hasta la carretera y ahí estaba el parque. Era cierto, él estaba allí pero no solo.
Una chica estaba apoyada en su entrepierna mientras lo besaba. Ambos se separaron, me imagino que por falta de aire. Los labios de ambos estaban rojos dando a decir que tenían un buen rato besándose. Rodé los ojos y un calor bajó por mi espalda haciéndome mover. Estaba tan colapsada en ese momento que no sé porque pasó aquello aunque puede ser que sean puros celos y puede que al mismo tiempo no.
Reconocí a la chica. Era más alta de yo, como de 1.75 centímetros o más. Vestía una falda que llegaba hasta los muslos, una blusa de color rosa y unos tacones de igual color que su blusa y ya la había visto antes por los pasillos e incluso me discutió por estar con Michael.
Michael se dio cuenta de que yo estaba allí porque giró su mirada rápidamente a donde yo estaba que no era mucha la diferencia. Él dejó un corto beso en los labios de ella sabiendo que yo estaba allí. No hice nada más que irme a mi casa tal vez a llorar por lo que había visto. ¿Por qué decía aquello? Si le había dejado claro que él no me gustaba y ahora me arrepentía de haberlo hecho.
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my four idiots ✧ mgc (book #1)
Teen FictionCuatro idiotas y una chica. ¿Qué más puede suceder?