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Me desperté. Todo estaba a oscuras, yo no podía ver nada. Los brazos de Michael estaban agarrando mi cintura fuertemente y podía sentir su respiración cerca de mi rostro. Entonces, comprendí que nada de lo que había pasado fue un sueño y que todo era real.

Me zafé del agarre y me levanté de la cama para ir a prender la luz pero el brazo de Michael me detuvo jalándome hacia el de nuevo. Me asusté un poco por el modo en que lo hizo pero luego me relajé acariciando con miedo su mejilla.

-Es tarde, quédate aquí.-Susurró él acercándome un poco más a él.

-Creo que alguien está falta de un abrazo.-Me reí de lo que dije. Él también se río y besó mi mejilla. Yo no lo podía ver ni el tampoco a mí.

Recordé que mi madre me dijo que iba a estar en la casa más tarde. ¿Y sí entró a la habitación y me vio con Michael? Mierda, no sé qué pensar en estos momentos.

-Michael, mi madre no estaba aquí pero, ¿Y sí está ahora? –Le pregunté haciendo un mohín. Michael se levantó de la cama y fue a prender la luz.

-¿Qué haces? –Cuestioné riéndome un poco porque en su rostro se veía lo nervioso que estaba.

-Oye, ¿Sabes lo incómodo que es saber que tú madre venga y te vea durmiendo con la persona que te gusta? –Se colocó sus zapatos mientras reía un poco– es bastante incómodo.

Te vea durmiendo con la persona que te gusta.

-Pero es tarde, es mejor que te quedes aquí.-Intenté convencerlo pero él se negó. Eran las diez y cincuenta y tres de la noche y como vivíamos frente a frente no sería peligroso cruzar la calle para llegar hasta su casa.

-Sé que quieres estar conmigo. Oh, eso se escuchó muy egocéntrico.

Me reí un poco por su actitud.

-Ya, vete.-Le dije haciendo un ademán indicando a que se fuera. Michael se acercó a mí con cara de pervertido y ambos estallamos en risas. Él se arrodilló para poder estar a la misma altura que yo y me miró con una pequeña sonrisa hasta que acercó sus labios hacia los míos haciéndome temblar.

-¿Sabías que te quiero verdad? –Susurró y se le escapó una risita de los labios– A que sí.

-Eso creo.-Le respondí frunciendo un poco el ceño. Iba a decir algo pero Michael me dio un castro beso en los labios que claramente dejé que lo hiciera- Sé te hará costumbre.

-Claro que sí. 

Reí de nuevo y Michael salió de mi habitación. Yo me levanté a ver si mi madre estaba en su habitación pero fue en vano porque no estaba. Luego fui hacia la escalera y me di cuenta de que estaba sentada en el sofá. Le di un jalón a Michael y él se volteó.

-¿Qué carajos...? -Le tapé la boca. Él se dio cuenta que era yo y se relajó un poco.

-Recordé que mi madre se queda despierta hasta las doce y media de la noche.-Le susurré.

-Eres una tonta, lo sabes.-Bromeó.

Ambos subimos hasta la habitación. Yo me tiré en la cama al igual que Michael, solo que cayó encima de mí.

-¡Michael! Pesas mucho, quítate.-Le dije. Él se acostó al lado mío tomando de mi mano.

-No peso tanto, no seas exagerada mujer.-Hizo un mohín haciendo que yo sonriera levemente. Ahora fui yo que se acostó encina de él.

-Te sugiero que te bajes.

-No.

Contradecí.

-Eres una rebelde, Jones.

-Mucho.

Ambos reímos.

-¿Sabes? Pensé que eras más serio.-Dije riendo, ya que me estaba refiriendo a lo de la muchacha que estaba con él.

-¡Oye! Soy un hombre y tengo necesidades sabes.-Respondió.

-Existe la abstinencia.

-No, ni loco.

-Ósea que me vayas a engañar.

Le dije en un tono adorable.

-¡No! Claro que no.

Besó mis labios.

-Sigues haciendo eso y te golpeo.

Lo hizo de nuevo, y lo miré con sorpresa.

-Michael.

Volvió a besarme.

-¡Oye!

-No me desafíes.

-Silencio.

-¿Quieres qué te bese otra vez?

-No.

-Lo sabía -Río- te quiero mucho.

Sonreí levemente y me di otro beso.

-I love you, babe.

my four idiots ✧ mgc (book #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora