_Capitulo 31_

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Era una feria, o tal vez un mercado... Adely estaba sonriendo y no parecía ser falsa su sonrisa, por mi parte levante la mirada, estaba observando la comida, dulces niños, juguetes había de todo... Pero algo me llamo la atención, atrás de una venta de dulces, pude observar que había un lugar de música y había un millón de instrumentos, pero entre tantos instrumentos, había una guitarra eléctrica, sentí que mi corazón se aceleró, el tocar una guitarra eléctrica siempre a sido uno de mis sueños...

-Buenos días Adely- decían por todos lados, al parecer todos la conocían-

-Buenos días -respondía de manera amable-

Nos acercamos a un puesto, el olor a comida no estaba mal, algo frito por un lado y al otro dulces que te daban ganas de tomarlos y probarlos...

-Buenos días Lorena -Adely sonrió, retrocedí un poco pero ella me acerco colocandome su mamo en mi espalda y acercandome poco a poco- el es Jose

-¡Un placer! -dijo la señora, al parecer encantada- Y bien ¿que te traes por aquí pequeña sonriente?

¿Pequeña sonriente? ¿en serio la llamo así? No me incumbía la vida de Adely, pero igual nacía esa curiosidad en mi de saber muchas cosas de su persona.

-¿Me das algo que te alegre el corazón? Por favor -ella me observo, pude observar un ligero sonrojo en sus mejillas, no pude evitar sonreírle -

-¡Dos pajillas de mango para los enamorados...! -Lorena nos entrego una pajilla de color amarillo, por dentro estaba con un color blanco, parecía muy delicios... ¡¿enamorados?! ¡somos amigos! Adely quedo callada, quiera decir que eramos amigos, pero el sudor en mis manos me lo impidió al igual que la vergüenza-

-Lorena... En realidad, somos amigos... -Adely estaba más roja que un tomate, si ella estaba así, no digamos yo... Sentí como el calor invadía mi rostro- Vamos Jose y ¡Gracias Lore!

-Gracias señora...-ella asintió con la cabeza y me sonrió a la vez-

Adely me volvió a tomar de la mano, sonreí ligeramente y comenzamos a correr, entre tanta gente era divertido el correr... Nos detuvimos afuera de ese lugar y quedamos en frente de un edificio, nuestras respiraciones estaban entrecortadas, aun no estaba feliz... Pero ya no estaba tan triste...

-Vamos -me soltó la mano-

-¿Ahora a donde? -mire la pajilla y ella comenzó a reír- ¿De que ríes?

-¿sabes como comerla? -cuestiono entre risas, recordé que su risa era contagiosa y también reí-

-la verdad... No

Ella mordió un extremo y lo jalo, haciendo que lo de adentro saliera en su boca.

-Esto es raro- observe la pajilla y la imite, el caramelo salió, estaba delicioso ese dulce, no me alegro el corazón en verdad pero si me dio risa el saber como se comía- No esta mal...

Ella sonrió, se coloco en frente del edificio.

-Oye, no nos metamos en lios... -le coloque mi mano en su hombro y ella me volteo a ver-

-Adely Olivares a trabajar... -la escuche decir -

La puerta se abrió con una señora no pasada de los treinta, parecía una secretaria.

-¿Adely? -la chica de cabello largo, más alta que ambos se coloco a nuestras altura-

-Vengo a traer una cosas -volví a ver a Adely quien no bajaba su sonrisa, quisiera estar así... -

-Vale, con que el jefe no te vea todo bien... -la chica se incorporo y nos dejo pasar a ambos-

Subimos a un ascensor, ella marco el último piso, la cual era el treinta y dos, no era tan alto o eso creo, quede callado y ella también... Baje la mirada, no estaba seguro de que ella recordará que estaba mal, es fácil olvidar que los demás están mal cuando tu estas bien, pero eso ya lo sabía, estaba acostumbrado a pasar por eso de que eres el invisible y no me quejaba y si te preguntas por que, pues era por que no era necesario que todos supieran que estaba mal... O al menos así lo sentía yo...

-¡WUJU! - Adely levanto los brazos y salió del ascensor con un grito y su sonrisa-

Estábamos justamente en el último piso, estábamos en una terraza, en donde el aire soplaba a un ritmo acogedor, alcanzavamos ver la ciudad Adely se sentó en el suelo de piedra y observó su sombra, me senté a su lado, el sol calentaba nuestras espaldas cuando ella dejó salir un suspiro.

-Aquí lloro Jose... Así como tu en el puente... Yo aquí me desahogo -observo el frente, era como si me hablase pero no quería verme-

-Es lindo... -la observe, su cabello era lo único que podía ver-

-Gracias... -dijo sin levantar su mirada-

-Edu... ¿te puedo hacer una pregunta? -asintió con la cabeza- ¿eres feliz?

Me volteo a ver y allí fue cuando me di cuenta que en realidad... No me quería ver por el simple hecho de que estaba llorando en silencio, de nuevo... Un nudo en mi garganta, ella trago y logre sentir el dolor que ella sentía...

-Esa... Es una pregunta... Difícil -una lágrima bajo por su mejilla- siempre contesto que si, por que tengo amigos... Soy de esas que se ríen con toda broma, con ellas me divierto y hasta siento que en esos momentos soy feliz... -le quite la lágrima con mi mano-

-Pero llegan los problemas... Los que te sacan de tu felicidad -ella quedo callada, como asombrada de que yo supiera lo que estaba a punto de decir- por que crees que tus problemas son malos... Pero podrían ser peor...

-Pero es en la noche, cuando no tienes el valor de pedir ayuda... -empuñe mis manos, sabía por lo que ambos sentíamos en ese momento- por miedo a que en verdad.... Sientes que molestas...

-Por que no te sientes útil para lograr nada a menos que sea ser un mal ejemplo... -Dije mirando al frente, deje salir un suspiro y ella termino con todo-

-Para todos...

Quedamos callados, el aire ahora parecía tenso, el que habláramos así... Fue... Extraño, creo que si necesitábamos a Javier en ese momento...

-Jose... -Adely hablo de repente y con un tono serio-

-¿Que pasa? -cuestione yo con un tono tierno-

-¿Por que la pregunta? -baje la mirada, y ella me imito- solo... Sólo es duda

-Quería saber tu estado de animo... A veces es difícil saber si te comes los problemas tan fácil... -ella dejo salir un suspiro, observe que se quito las lágrimas... Yo por aparte estaba triste pero ya no salían lágrimas de este ser ¿seré humano? -Tanto como problemas que te comes... También tus alegrías...

-¿Puedo preguntar algo más? -asentí con la cabeza, no se por que me preguntaba si sabía que resolvería cualquier duda- ¿Por que estabas triste cuando salí de casa?

~Existen personas que  al juntarse hacen magia.... Pero separadas solo hacen desastres... Si en verdad podemos encontrar a esa persona... Asegurarte de que su magia... No provenga de la sangre que derrama por las noches~

Mi Psicólogo un Suicida Donde viven las historias. Descúbrelo ahora