HIJO DE LA LUNA

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Grupo: Mecano

Hace mucho mucho tiempo cuando los reyes dominaban las tierras. Un grupo de gitanos que se reunían cada cierto tiempo para celebrar su encuentro se hayaban congregados a las afueras del reino francés.

Eren uno de los Donceles más hermosos de su tribu quien se dedicaba a leer el tarot y curar de males que aquejan al hombre, se encontraba buscando hierbas en un pequeño bosque que se situaba retirado del campamento, mientras realizaba se tarea no pudo evitar observar a una pareja que circulaba por la zona mientras se sujetaban de la mano y observaban a un pequeño que corría y jugaba alrededor de los adultos, eran una familia, el ver a esas personas tan cariñosas entre si, la felicidad que expresaban y demostraban era algo que el jamás había sentido pues nunca conoció a su padre y su madre una mujer que solo lo llevaba consigo por su don para curar el era su fuente de ingresos. Así que sin interés real al menor siempre lo llevaba con sigo pero nunca le demostró amor.

Mirando la escena deseaba con todo el corazón tener una familia se prometía mentalmente que una vez que tuviera a sus propios hijos sería diferente a su madre los amaría con todo su corazón que no importaría nada que su corazón y esfuerzo sería siempre para sus hijos nada les faltaría tendrían todo el amor que una madre podría brindar una vez que la familia se alejó de su campo visual decidió retirarse del lugar llevando todo lo que logró recojer, esas hierbas le ayudarían en su labor.

Al volver con los suyos se encontró con el líder de la tribu quien al verlo le sonrió y lo mando a traer.

Eren sabes que la razón por la que tú no tienes una familia es por tu destino marcado, lo sabes verdad.- el anciano lo miraba con profunda tristeza sabía que el joven lo que más deseaba era una familia sentirse amado necesario pero no podía no debía el no nació para pertenecer a una sola familia a una sola persona, su destino era otro.

El joven lo sabía sabía que no tenía derecho que por ser quién es no podía siquiera soñar con ser la madre de alguien, esposo de alguien, aún así y sabiendo lo que la profecía dictaba aún deseaba ser madre, esposo que los días pasarán más amenos con una familia, su familia.

Sacudió la cabeza de izquierda a derecha negando sus pensamientos y dando una respuesta al mismo tiempo.

Lo sé - respondió el joven al anciano frente a ella. - se que no debo, pero qué tal si la profecía se equivocó y si no soy yo la persona de las predicciones podría ser alguien más, anciano usted como yo sabemos que el mundo es muy grande y amplio y que no somos los únicos, los celtas también comparten nuestras tradiciones y dioses que tal si esa persona nació lejos de nuestras tierras o que tal si esa persona nació con los que no comparten nuestras raíces, los dioses pudieron mandarla a otro lugar y no precisamente aquí - el joven tenía razón no necesariamente el elegido nacería precisamente en esa tribu pude que se encuentre en otra o en un lugar pon de ellos no deben llegar, pero las señales eran claras no había duda.

El anciano suspiro eran ya muchas las veces que tenía esa plática con el joven pero este siempre encontraba la manera de que en ocasiones dudará de lo dicho, sin embargo nada cambiará las cosas son así el nació así su destino estaba marcado.

Ya lo hemos hablado muchas veces niño las cosas son así los signos se mostraron en tu alumbramiento y tus marcas lo confirman,- era cierto tenía unas marcas de nacimiento debajo de su pezon izquierdo un lunar en forma de estrella había decidido aparecer mientras que en su tobillo derecho tres puntos formando un triángulo se mostraban orgullosos.

Recuerda tambien- el viejo dijo sacando al chico de sus pensamientos - que el día de tu llegada las estrellas se alinearon y un eclipse se hiso presente, las señales se mostraron.

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