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Otoño de 2017 Lyon

No se cómo ese día de mierda había empezado así. De esos que el karma te tiene reservado, y que empieza con salir de casa sin paraguas y tarde cuando en la calle llueve a mares, a que una tormenta te estropee el pc, o a perder el abono del autobús.
Cosas de la vida cotidiana,vaya

Pero él estaba ahí. No había dado ni un duro por que se acordara de mí después de aquella terrible borrachera. Pero sí, quiso volver a verme. Y también quiso volver a besarme, terminando lo que empezó como "lo del baño"
Esa tarde había sido mi salvador. Me fue a recoger al trabajo, no sin antes cachondearse bastante de mi " ay cabecita, el abono del bus no tiene vida propia, a saber dónde se ha mudado" o "mi vida,si llueve paraguas siempre. Funciona"
Ya en su casa, me había prestado el portátil para trabajar un poquito, ya que desde la oficina poco y mal.
Yo tenía mi cabeza en su estómago, y él me acariciaba el pelo mientras estábamos embutidos en un nórdico super gigante. Podría haberme pasado la vida allí metida, en serio
Giro la cabeza hacia arriba, le miro y sonrío
-¿Qué? - me dice dándome un golpe en la nariz con su dedo, lo que hace que sonría
-Nada... te miro -y sonrío aún más - Gracias por salvarme
-Siempre que tengas un mal día me llamas, siempre - coge mi mano y le da un beso, un gesto ya mítico entre nosotros
-Puedo salvarme sola -le digo -Lo que pasa que hoy necesité un poquito de ayuda contra el mundo - le chinché
Él soltó una gran carcajada y me miró
-Claro que puedes salvarte sola. Pero hay veces que hasta los mejores necesitan ayuda. Pídeme ayuda siempre,nena, siempre estaré aquí para ti
Abracé fuerte su abdomen y le besé en el estómago
-Eres el mejor
-No, mi vida. Yo soy muy normal. Tú eres extraordinaria

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