Me aparté de Marco. Estaba profundamente dormido, así que, ni notó que yo me levantaba (o eso creía yo)
Me metí en su ducha y me sumergí en un mundo de calor y culpabilidad
-¿Lau?-me reclamó
-Estoy aquí, ya salgo
-No hace falta - dice mirándome desde la puerta del baño, sonriendo como un niño pequeño
-Marco... me estoy duchando - me tapo como puedo, pero a él le da la risa
-Enana, no hay nada que no haya visto antesAhora es el momento. Ahora le echo de su baño, salgo,me visto y me voy. Esto no se puede repetir.
Pero díselo al dios mallorquín con ese moreno de serie cuando se baja los boxers y se mete contigo a la ducha.
No pudeEmpezó a besarme el hombro, subiendo al cuello y apretándome contra el
-Marco...
-Buenos días pequeña -me susurra con voz ronca"¿Qué coño me pasa?" Pienso mientras me visto
-Venga, vamos a desayunar que te llevo. Me pilla de camino
-¿Dónde vas tú a estas horas? Si con lo marmota que eres lo raro es que estés en pie
-Cualquiera no espabila viéndote desnuda.Me deja con la boca abierta, lo que aprovecha para empujarme encima de la cama y reírse aún más de mi
-Vamos, vaga, termina que hay que irse y desayunar - se lo dice más a las escaleras que a mi, pero me doy por aludida
-¡A sus órdenes mi sargento!
Creo que me ha oído por el volumen de sus carcajadasDesayunamos entre miradas inquisitivas pero en un completo silencio.
-¿Qué? -le digo acabando ya el café
-Que de qué
-Que me miras así...
-¿Así cómo?
-Así...No me dice más. Se levanta y se sienta en una silla a mi lado, empujándome y haciendo que me siente en sus piernas
Me besa dulcemente mientras me acaricia el pelo y me susurra
-Quiero mirarte siempreEl timbre nos saca de nuestro ¿momento? y Marco sale disparado hacia la puerta riendo
-Si es que es un don... siempre te dejo con la boca abiertaPero al abrir la puerta, el que se quedó con la boca abierta es él