Invierno de 2017 Lyon
-¿De verdad que no vienes?
-No puedo, pequeña. Entrenamos y nos concentramos... créeme que yo también te echo de menos...
Mi silencio le inquieta siempre
-Eh... Laura...
-¿Es duro,sabes?- y ahogo un sollozo que, aun así, sale a la luz
-Mi pequeña... abre la puerta anda
-¿Qué?
-Abre la puerta, que te he enviado una sorpresa y, por la hora que es, está al llegarSuena el timbre y mando a la mierda mentalmente a Mariano y a la persona que me traiga lo que me tenga que traer.
Pero mi sorpresa viene andando y enfundado en su camiseta de Gucci
-Ven aquí, tonta, que casi me haces llorar a mi
-Eres idiota...Mariano tenía ese súper poder. Estresarme en dos segundos, pero calmarme en uno y medio.
Escondí mi cara en su cuello y aspiré su colonia. Casa, por fin
Él me daba besos en el pelo mientras acariciaba mi cintura
-Sorpresa - susurró en mi oído
-Te quiero -contesté a su vezLas tardes de sofá, manta y peli eran nuestras favoritas.
Eso si, si él elegía la peli yo acababa muerta de miedo, y si la elegía yo, Mariano se dormía
Así que empezamos a optar por las series
-House of Cards - dijimos a la vezNos encantaba esa telepatía. Era cómo si estuviéramos predestinados
Aunque yo era muy consciente de que mi felicidad no era completa
Ese punto de inflexion, llamaba por teléfono cada cuatro horas, y los mensajes eran sobre campañas de ropa y anuncios en InstagramNunca entendí cómo lo veía como un reclamo comercial. El chico era un bombon, dulce, atento, y en ciertos aspectos de la vida era de 10
Y me quería. O eso creía yo