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Cuando Sandra entró en la habitación, me preparé para enfrentarme a lo inevitable.
Yo estaba en la postura que había iniciado hacía 6 horas: de lado, mirando a la ventana, dándole la espalda a la puerta.
Me había negado a comer, a hablar y a las visitas. Por que si se que habían venido a verme
Pero yo solo quería morirme.

-Laura... -empezó Sandra -Se te rasgó la placenta, cariño. No te tortures más
-Creía que mi "piscina" estaba arreglada... a lo mejor no debí tener sexo ni someterme a operaciones. Ni venir aquí, cuando no vieron a mi segundo bebé. A lo mejor yo merezco estar muerta, como ellos

Escupo todo el veneno sobre Sandra, que aguanta el chaparrón como puede
-Deberías hablar con alguien Laura... alguien que te pueda ayudar

Por primera vez me giro y le miro a los ojos. Como puedo, claro, que los míos están tán hinchados de llorar que apenas ven
-¿Puedes hacerme un favor?¿Puedes dejarme vacía por dentro para no tener que pasar por eso otra puta vez?

Sandra no contesta, simplemente niega con la cabeza
-Sabes que eso no es razonable Laura...
-Entonces no me digas que tengo que hacer

Y vuelvo a darle la espalda

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