El Madrid estaba irreconocible
Y únele eso a que tu novio no tiene minutos apenas y encima lesionado
Si que cuajó buena actuación en Champions, marcando incluso
Pero últimamente no estaba finoEl partido de vuelta de la Copa del Rey se prometía una fiesta blanca. Marco abrió la lata y se marcó (valga la redundancia si la hay) un partidazo con dos goles y una asistencia. Vale que fuera contra un segunda B pero, empezó a cerrar más de una boca y se empezó a oir menos ese mote tan horrible que le habían puesto
Pero Mariano...
Lo intentó de todas las maneras. Tuvo a dos tíos pendientes de él todo el partido, llevándose más de un golpe.
Y a diez minutos del final, en busca de un balón para hacer su jugada, notó un pinchazo en el muslo.
Otra vez
Salió del campo dejando a falta de 9 minutos para los 90 al Madrid con diez, porque Solari había agotado los cambios.
Se sentó en el banquillo y se tapó la cara, frustrado y desesperado, llorando de rabia.Al terminar el partido y que salieran del vestuario, felicité a Marco, y esperé a que Mariano saliera.
Serio y decaído, me hizo un gesto de que lo siguiera hasta el coche. Le di la mano en señal de apoyo, en ese momento se que no hacían falta palabras para expresar nadaAl llegar a casa él rompió el silencio para decir
-Me voy a la ducha
Lo primero que pensé fue "se acaba de duchar" e instintivamente,le seguí hasta el baño, que estaba dentro de la habitaciónMe puse el pijama y me disponía a meterme en la cama cuando sentí algo raro. La ducha no se cerraba, el agua seguía corriendo.
Entré en el baño y la imagen era desoladora. Estaba apoyado contra la pared,dejando que el agua le salpicase la espalda, y con la cabeza entre las piernas, llorando sin parar.Así que me desvestí y me metí en la ducha. Le di la mano para ayudarle a levantarse,y, una vez incorporado, le di un abrazo muy sentido. Que supiera que yo estaba ahí
Y él, con la cabeza escondida en mi cuello musitó
-No creen que llegue al mundial de clubesEra su sueño desde que llegó, jugar ese puto torneo.
Ojalá yo pueda darle la fuerza que necesita