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-Mierda... susurra, más para si mismo que para el mundo

-¿Qué pasa? - le pregunto al verle salir del campo de entrenamiento
-Nada... no llego al partido del Rayo... qué mierda

Me quedo mirándole, expectante. No se si me espera un arduo silencio, una mala hostia descomunal, o el principio de una depresión clínica.
Le miro a los ojos y me descoloca aún más cuando sonríe (alucino) y dice tranquilamente
-Bueno... qué se va a hacer -y se encoge de hombros. - Podemos hacer una cosa, primero médico, segundo comida familiar fuera, y después nos venimos al campo, ¿te parece mi vida?

¿Dónde está mi novio y su carácter de mierda con las lesiones?
-Eh... si...  me vale. Al tener médico y demás me han dicho que se arreglan, y que según nos digan, reorganizan el trabajo...

No aguanto más y se lo suelto. Así soy, a ramalazos
-¿Qué te pasa?

Me mira como si la que tuviera algo fuera yo
-¿A mi?
-¿Dónde está tu mierda de carácter cuando estás lesionado? ¿Recuerdas que en Lyon te tiraste media semana callado porque peligraba tu muslo para el partido contra el PSG? ¿Qué has hecho con mi novio? - le pregunto anonadada

Él asiente a cada frase, ahogando carcajadas, hasta que cuando termino rompe a reír hasta casi llorar, cosa que hace que yo siga flipando
-Tienes toda la razón, mi vida. Tengo un carácter de mierda cuando no juego, y si, solía pagarlo contigo... pero ahora...
-¿Ahora?
-Prioridades - me contesta -¡Como la que tengo ahora mismo de darme una ducha ya! ¡Espérame Laura! -y se marcha trotando a la ducha

Hombres. Quién los entienda que los compre.

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