𝑻𝒓𝒂𝒃𝒂𝒋𝒐

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SeHun despertó mucho antes que ChanYeol, lo observó por unos cuantos segundos notando la belleza de su gigante. Se sentó sobre su abdomen y comenzó a mover los hombros ajenos esperando que se despertara, besó infinidad de veces sus labios hasta que le fue correspondido y su mayor despertó por completo estando "listo" para ir al trabajo.

Se arregló con su traje formal y alistó al menor por su cuenta sin dejar que el lobezno hiciera el mínimo esfuerzo posible. Después de todo, Park había estado 5 años sin la compañía de alguien, le gustaba estar pendiente del Niño y cuidarlo de absolutamente cualquier cosa que le inquietara o le hiciera daño.

Ambos se retiraron del establecimiento sin desayunar, Hun estaba hambriento, su estómago no paraba de hacer ruido haciéndole pensar "hey estoy aquí, aliméntame". Aunque no duró mucho así ya que apenas llegaron a la oficina del alto, la comida estaba servida en su escritorio, mientras SeHun comía, él se encargaba de revisar los papeles de su empresa viendo el porcentaje de las estadísticas y demás para ver si podía aprobar nuevos proyectos internacionales.

Su Preciado silencio fue interrumpido por una mujer con tacones altos que paseaba por la oficina del ajeno moviendo sus caderas de un lado a otro, SeHun gruñó mostrando sus colmillos y automáticamente se sentó sobre el regazo del ajeno apegándose a él. Esta mencionaba que su amo debía presentarse en una junta especificando que no podía entrar con animales, SeHun gruñó Una vez más y ChanYeol comentó que su bebé no era un animal, sino eso, su bebé.

Ninguno de los sollozos hicieron que la mujer se tacones dejara a SeHun entrar a la sala de reuniones, tuvo que quedarse con ella en la oficina de Park. En más de una vez la chica jaló su oreja hasta que el niño se enfadó y mordió su muñeca suavemente corriendo lejos de ella para así esconderse detrás de su escritorio.

—Perrito, ven, no te haré daño—

Murmuró la chica arrodillándose, su expresión no demostraba lo que su dulce voz transmitía así que en un primer instante dudó en salir.

—Tengo una paleta, ¿la quieres?—

Pregunto enseñándosela, ahí Hun salto por ella dándose cuenta de que ya no estaba allí. La mujercita había metido la misma en su boca dejando al lobezno sin dulces.

—No me gusta que te portes mal, cariño—

La mujer al ver que SeHun gruñía, lo tomó en brazos e hizo que se sentara en el sofá, casi que por obligación, quitó la paleta de su boca y la metió dentro de la del Chico. Escupió rápidamente y sollozó intentando zafarse, colocó una mano en la rodilla del menor y apretó esta haciéndole saltar, rió coqueta antes de meter aquella mano bajo la camiseta del menor y arañar su espalda con aquellas uñas postizas.

Solamente paró cuando Park ingresó a la oficina, la chica salió como un rayo disparado dejándoles solos nuevamente. SeHun se quedó quieto, no sabía muy bien que decir o hacer, su espalda le ardía y no podía moverse muy bien. Su amo le miró confuso y se acercó hasta él miró la expresión de su lobezno y frunció el ceño.

—¿SeHun que ocurrió? Anda dímelo, sabes que puedes confiar en mi—

Un nudo en se formó en su garganta y luego se volteó, Park no comprendía porque el menor de quitaba su suéter, después su camiseta dejando su torso desnudo. ChanYeol se quedó atónito al ver la espalda marcada del niño. Ahora el Yoda no lucía muy amigable que digamos, estaba echo una furia. Solamente porque habían dañado a su lindo bebito, ordenó llamar un médico para que desinfectaran aquello y fue donde estaba la mujer. La tomó de la muñeca y la llevó por su cuenta hasta la puerta principal del edificio gritándole "despedida".

No le importo cuan inteligente fuera aquella para el trabajo ni mucho menos la experiencia en este lugar. Lo único que le tenía preocupado era su Niño, no dejaría que absolutamente nada lastimara sus sentimientos ni mucho menos su cuerpo.

Prometió que le daría muchos besos y mimos apenas llegaran a la casa. Que no importaría cuanto tiempo pasara pero estaría toda la tarde con él, le llevaría el tocino que quisiera y lo consentiría de la forma más amorosa posible. Era una promesa de verdad.

𝑳𝒊𝒕𝒕𝒍𝒆 𝑾𝒐𝒍𝒇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora