𝑩𝒓𝒂𝒛𝒂𝒍𝒆𝒕𝒆 [2]

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Luego de aquel leve castigo de ChanYeol al Niño, este volvió a colocarlo en la posición que previamente estaba. Le encendió más aún verlo así, no era como las veces que lo bañaba, el menor lo deseaba (y en viceversa). Park retiró sus bóxers y ordenó que el menor lamiera sus dedos, este algo extrañado obedeció hasta que el ajeno le indicó que era suficiente. Ingreso uno por uno aquellos tres Delgados y finos dedos por la cavidad anal del joven haciéndole arquear su espalda. Le dolía bastante, tanto que unas pequeñas lagrimas brotaron de sus ojitos color miel. ChanYeol al ver esto besó los labios de su amado a la par que movía sus dígitos, sonrió apenas volvió a escuchar los dulces gemidos de su Niño indicándole que quería un más.

Estaba claro que su Daddy se lo entregaría todo.

Dilató al pequeño y acto seguido se posicionó entre sus piernas alineando su miembro erecto con la entrada rosada del menor. Besó una vez más sus labios y mantuvo su mano en la cintura de SeHun mientras abría paso dentro suyo, esta vez no le dolió tanto gracias a que el ajeno supo prepáralo bien, además sus besos y caricias habían facilitado aún más su simple trabajo y eso le agradaba bastante.
No solo porque su Lobito estaba disfrutando, sino porque también lograba hacerlo feliz en toda la extensión de la palabra.

Cuando Oh gimió aún más agudo, Park supo que era momento de comenzar a moverse más rápido. No tardo en realizar esta acción golpeando duro en la prostata del menor haciéndole ver las estrellas.

—Más Daddy! Por favor! Ahí!—

Grito SeHun, obviamente el pelinegro no iba a negarse ante aquello así que así lo hizo con el menor dándole Justo donde él quería. Podía notar que SeHun estaba cerca de su segundo orgasmo así que cambio de posición. Desató sus muñecas e hizo que se sentara sobre su miembro, obviamente con el dentro suya, ChanYeol dejó posadas sus manos en las piernas del pequeño y ordenó que saltara. Amaba que el chico le obedeciera de tal forma, podía ver lo sumiso que era y le encantaba eso, cuando lo llevara al trabajo mañana en la tarde, todos podrían ver las marquitas de amor que ambos tenían por todos lados. Park estaba orgulloso de que esto fuera así y no de otro modo, no se imaginaría un lugar alternativo donde no tuviera a su pequeño. Siempre lo querría cerca, sin importar que sucediera.

ChanYeol notó segundos después que el menor se había corrido ya que las paredes internas del pequeño lograban apretar su miembro a la perfección haciendo que este se corriera por igual, SeHun se recostó sobre él o más bien cayó rendido sobre su pecho. Sin embargo Park no quitó su pene de dentro del chico, quería disfrutar lo apretado que estaba un poquito más. Finalmente lo hizo recostando a SeHun a su lado cubriendo a ambos con una manta, un pequeño lobezno dormido correspondió al último besito brindado por su amo en la noche. Se acurruco en su pecho y sonrió.

—SeHunnie...—

Susurro ChanYeol con toda la delicadeza del mundo intentando lograr que el menor aún no rindiera sus tropas contra el sueño.

—¿Si Daddy?—.

—Te amo, corazón—.

Y esas simples palabras lograron hacer que SeHun sonriera aún más de lo que ya lo estaba haciendo, podía jurar que su amo era lo mejor que tenía y lo único que más podía desear.

—Yo también Daddy, siempre—.

Murmuró, miró a ChanYeol y besó sus labios durmiéndose de por medio en este, logrando que aquella simple acción le sacara una carcajada al alto. Este besó su frente y de manera delicada hizo que la cabecita del Niño se posicionara entre el hueco de su cuello y hombro, antes de cerrar sus ojos, Park miró el techo y suspiró sonriente.

—Siempre—.

𝑳𝒊𝒕𝒕𝒍𝒆 𝑾𝒐𝒍𝒇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora