SeHun despertó apenas ChanYeol tocó su hombro un par de veces, comentó que tenía una sorpresa para el a lo que el pequeño saltó de alegria una vez estuvo fuera de su regazo. Park vendó los ojos del menor y lo llevó al auto indicando entre señas a donde quería que los llevaran.
Así terminaron en un restaurant famoso del centro de Seúl, bajaron aún con el menor vendado e ingresaron. Su nariz olfateó olores agradables los cuales luego saciaron apenas su vista se hizo visible nuevamente. Pudo observar con atención todas aquellas bonitas mesas, se sentía feliz. Además de que estaba con el mayor, podía deleitar su paladar con comidas exóticas.
—Disculpen..caballero y...joven, ¿que van a pedir?—
Después de pensarlo unos segundos, SeHun exclamó la palabra "sushi" haciendo reír de manera alta al mesero, Park asintió y eligieron aquellas piezas que querían y esperaron pacientemente a que se las trajeran. ChanYeol sacó una pequeña cajita de su chaqueta y se la entregó al menor, este al instante la abrió viendo el bonito brazalete que el ajeno había comprado para él. Perfectamente el mayor había aprovechado el momento en el que el pequeño había dormido para poder comprar cositas bonitas para él, le colocó el brazalete haciéndole ver que el también tenía uno igual. Después de pensarlos unos segundos y con la comida ya lista, entrelazó su mano con la del menor haciendo un "stop" para que pudiera hablar.
—SeHun desde que llegaste a casa esa noche no puedo evitar pensar en cuanto me haces falta, en cuanto que quiero protegerte y cuidarte. En cuan feliz me haces con todas tus dulces palabras y gestos. Llegue a la conclusión de decir que me gustas, bueno, no es sólo gustar. Estoy enamorado de ti, mi Lobito, estoy encantado con tu presencia en mi vida y estoy encantado con la idea de seguir a tu lado. No soy un gran fan de las etiquetas, pero de igual forma..¿Quieres ser mi novio y ser feliz a mi lado?—
El lobezno en este instante comenzó a llorar de alegría y antes de contestar sonrió transmitiéndole que no lloraba de tristeza.
—Amo Park, desde que estoy con usted mis días son mucho mejores que cuando me encontraba solo durmiendo en el arbusto. Me ha alimentado muy bien y me ha comprado cosas que yo no puedo comprarle a usted, siento mucho eso. También estoy enamorado de ti, y no, no es porque me ha comprado cosas. Es porque usted me ha dado el amor que me falto a lo largo de mi vida, gracias a usted se quien soy ahora y estoy totalmente feliz de decir que si, que si quiero ser su novio y quiero permanecer a su lado todo el tiempo que pueda—.
El menor se levantó de su asiento y se dirigió hasta el alto subiéndose encima de él antes de besarlo con ternura y dulzura. Era su primera noche de novios y podía jurar que estaba demasiado feliz de compartir esto con el ajeno. Cariñitos después comenzaron a comer, su felicidad no evitaba que tuvieran hambre así que duraron un rato así, SeHun no termino de comer ya que al instante estaba llenito y respirando de forma agitada.
Al salir del restaurant, Park sacó del auto un ramo de rosas entregándole eso al pequeño Niño, este sonrió amoroso y entró al auto antes del mayor. Comenzó a llover poco después llegaron a casa, allí planeaba la mejor noche que tendría el menor. Al entrar a la casa Park comenzó a besarlo seductoramente manteniendo sus manos fijas a la cintura del Niño para que este no escapara de sus brazos. Poco a poco lo llevó hacia su habitación cargándolo así como una linda princesa.
SeHun comenzaba a tener calor mientras que Park besaba su cuello exaltado. Retiro la camiseta del pequeño antes de recostarlo en la cama, desabrochó su corbata y ató sus manos sobre su cabeza evitando el movimiento de las mismas. Observó bien al menor notando lo indefenso que este se veía, besó sus labios evitando que se sintiera asustado. Únicamente quería complacer su necesidades. Vaya que lo haría.
Seguidamente retiró su camisa dejando a la vista su marcado abdomen riendo con la reacción sorprendida del menor. Se acercó hasta sus labios mientras que su mano acariciaba uno de sus botoncitos rosados y susurró:
—Dime Daddy—
SeHun se estremeció y seguido de esto ChanYeol besó sus labios empezando a descender por los mismos hasta el cuello del menor dejando marcas allí, pero no se quedó allí. Bajo aún más posando su lengua en el botoncito del menor, succionó el mismo mordiéndolo y saboreandolo en cada milisegundo. Le gustaba oír los gemidos de quien ahora era solamente suyo, era música para sus oídos. ChanYeol podría pasar una tarde entera oyendo aquellos soniditos pronunciando de por medio "Daddy" y jamás se cansaría, sonaba tan dulce y tierno que sabía que no podía resistirse.
Bajó lentamente los pantalones de su Niño notando la pequeña montaña que se hallaba en su entrepierna. También bajo los suyos y se posicionó entre las piernas del menor solo para frotarse contra él unos cuantos segundos, en cualquier momento podía explotar por tanta satisfacción que estaba sintiendo.
—D..daddy voy a..—
—Aún no SeHun—
Murmuró ChanYeol, pero fue tarde puesto El Niño ya había manchado sus bragas. Park gruñó enternecido y lo tomó recostándolo sobre su regazo como lo había echo la primera vez, retiró la ropa interior de SeHun y observó con atención su trasero, el menor no contó que Park iba a azotarlo por desobedecer así que el primer golpe impactó de manera rápida contra su nalga haciéndole jadear de manera fuerte y maldecir por lo bajo. ChanYeol a esto volvió a repetir su acción sonriendo malicioso.
—Me gustan los niños educados y obedientes, no groseros—.
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Solo puedo decir que Olexei sigue siendo un caliente BSKABAJJSJSJ.
