𝑼𝒏𝒊𝒇𝒐𝒓𝒎𝒆

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—A ver SeHun, quédate quieto—.

Mencionaba una y otra vez la señora de la tienda, estaban comprando el uniforme de SeHun pero como el era más pequeño que un chico de su edad, la mujer debía agregar algo al pantalón para que se quedara bien amarrado a su cintura.
ChanYeol miraba con atención el rostro de su amado quien parecía estar durmiéndose por lo temprano que era, Hunnie comenzaba las clases mañana por la mañana y eso lo odiaba. Prefería estar durmiendo en la cama con su dueño hasta tarde, o sobre su regazo en la oficina, daba igual ¡Solo quería dormir!

SeHun se miró en el espejo observando aquellos pantalones grises casi cían con la camisa blanca y el suéter verdoso que tenía, claro que no le gustaba pero bueno ¿que podía hacer? En cambio, ChanYeol se lo estaba comiendo con la mirada. Aquellos ojos profundos mirando una y otra vez el culo del menor de manera que demostraba lo posesivo que podía llegar a ser. Sin embargo, SeHun tuvo que pasar la mano por la cara del ajeno varías veces para que este reaccionara.

—Channie~, yaaaaaa ¿podemos irnos?—

Y ChanYeol asintió pagando lo poco que tenía que pagar y salieron del establecimiento, claro que que el alto "obligó" a SeHun a que se quedara con ese atuendo tan bonito, solo porque le gustaban sus curvas y le daba gracia la mirada del resto cuando se le quedaban mirando como babosos y luego el mayor le apretaba y se adueñaba de sus labios generando el profundo beso amoroso. Lo bueno de todo esto era que, como SeHun asistiría a una institución de híbridos, no debía hacer un agujero a la ropa en caso de incomodidad.

Hunnie asistiría a una clase especial, iría un poco más atrás que el resto puesto que no conocía la mayoría de las cosas. En las condiciones que lo encontró ChanYeol, estaba seguro que no había aprendido mucho en la fría calle.
Lo único que el mayor esperaba es que ningún imbecil le hiciera daño al jovencito, los omegas no tienen algo fácil el aprendizaje. Y bueno, estaba clarísimo que Chan le partiría la cara al primer simio retrasado que se le ocurriera lastimar a su pequeño duraznito bebé. También esperaba que Hun no llorara si se sentía asustado, le recomendo que le llamara apenas tuviera miedo o algo parecido, el lo iría a buscar enseguida.

La tarde fue algo corta y rápida, ambos estuvieron tan juntitos y amorosos que estoy seguro de que uno podría contraer diabetes de tanta dulzura representada en dos cursis muchachos asiáticos.
Ya mañana verían que tal la escuela y si era apta, Según el poste, para su príncipe.

𝑳𝒊𝒕𝒕𝒍𝒆 𝑾𝒐𝒍𝒇Donde viven las historias. Descúbrelo ahora