Capítulo 12

2.4K 149 84
                                    

-Deberías volver a intentarlo - comenta Aitana sacándome de mis pensamientos.

Nos encontramos las tres en las hamacas viendo como los demás juegan y hablan en el agua. Al ser viernes, esta noche volvemos a salir y hemos preferido pasar la tarde descansando. No somos tan mayores, pero de vez en cuando se agradece una pausa.

-Pero si ya me dejó bien claro que pasaba de mí.

-¿Y te vas a pasar estos dos días sin quitarle la vista de encima y sin hablar con él? - pregunta Miriam retóricamente - Pues vaya plan.

-Ya verás esta noche, otra vez detrás de él - vuelve a intervenir Aitana.

-No - digo tajante - Esta vez es muy diferente. No sé, estoy decepcionada la verdad.

-Sabes que aquí y en Madrid tienes un hombro sobre el que llorar pase lo que pase - me consuela la gallega abrazándome.

-Jo muchas gracias - contesto devolviendo el gesto - Aunque a ti te vaya tan bien con Pablo, que sepas que también me tienes para lo que sea.

-Por cosas como estas muchas veces me planteo volver a España.

Las tres nos permitimos este momento tan meloso y nos abrazamos como si fuese la última vez. Miriam y yo estamos muy unidas y, siempre que nuestras agendas nos lo permiten, pasamos mucho tiempo juntas. Cuando todo ocurrió pensé que se pondría del lado de Nerea, pero fue todo lo contrario. Se convirtió en mi mayor apoyo y, pese a que tuvo varias discusiones con la pequeña catalana por ello, se mantuvo a mí lado. A Aitana, en cambio, tan solo la vemos cuando viene de promoción por España, eso si consigue sacar algún hueco. Después de este viaje, es posible que no volvamos a coincidir hasta la boda de Ana.

-Anda vamos a ducharnos que os ponéis más pesadas a veces - protesta Miriam para esconder la emoción en la que estamos todas envueltas.

La verdad es que lo que menos me apetece hoy es salir de fiesta. Lo haré por ellos, porque al final es una oportunidad para vernos que no se repetirá hasta dentro de mucho tiempo. El tema de Alfred me afecta más de lo que pensaba. Yo que venía a este viaje con la idea de odiarle y he acabado con todos los sentimientos que creía ocultos a flor de piel. En realidad lo que quiero es volver a Madrid, a mi casa con una persona que sabe y quiere estar a mí lado.

En la discoteca me siento directamente en uno de los sillones y me paso la noche a base de cervezas. No quiero emborracharme y luego hacer algo de lo que me puedo arrepentir como las primeras noches.

Una sonrisa aparece en mi cara cuando me detengo a observar uno a uno a mis compañeros de edición. Son todos muy especiales para mí, por mucho que hayamos perdido el contacto hay algo que nos unirá siempre, y es ese sentimiento que solo nosotros conocemos.

-¿Qué hace una chica como tú en un lugar como este?

-Ay Raoul que susto joder.

El catalán se ríe al ver mi reacción y toma asiento a mi lado.

-Hoy no estás muy animada.

-Tú tampoco por lo que veo - digo sin muchas ganas de mantener una conversación.

-La verdad es que no. Estoy deseando irme - contesta con un suspiro.

-Pues vámonos por favor.

Ambos nos levantamos rápidamente y, tras despedirnos de algunos de ellos, cogemos un taxi para volver.

Al llegar Raoul sirve dos cuencos de cereales y los lleva al sofá, donde nos sentamos juntos para pasar unas horas más sin estar rodeados de alcohol y cuerpos sudados.

Som Amics? ~ AlmaiaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora