viii. warning

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capítulo ocho,
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capítulo ocho,( warning )

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  SU MIRADA AUSENTE SE ENCONTRABA CLAVADA EN LA PARED BLANCA frente a ella mientras miles de pensamientos recorrían su mente. Skyler estaba muerta y después de tanto tiempo sentía poder respirar con tranquilidad, ya no tenía porqué temer salir sola por las noches y que ella robe su anillo solar o, peor aún, que la secuestre de nuevo. Sentía una especie de libertad que no había disfrutado en años y ahora no sabía que hacer con ella.

La puerta produjo un chirrido al ser abierta y la mirada de Astrid se encontró con la de Rebekah. La habitación se encontraba en penumbras, el sol se había escondido tras el horizonte hacía horas y sólo era iluminada por las luces de la calle. Debían ser las dos de la mañana, tal vez más, tal vez menos, Astrid había perdido el rastro del tiempo, absorta en sus pensamientos. La vampiro original cerró la puerta a sus espaldas luego de entrar y con pasos sigilosos caminó hasta sentarse en el borde de la cama.

—¿No puedes dormir? —preguntó Rebekah con voz suave.

Astrid negó con su cabeza mientras abrazaba las rodillas a su pecho.

—Con tanta libertad no se qué hacer —admitió—, se siente... extraño, desconocido.

Una pequeña sonrisa apareció en los labios de la vampiro original, quién asintió con su cabeza.

—Sé a lo que te refieres, pero descuida, estando cerca nuestro la paz no durará mucho. —Un suspiro escapó entre sus labios—. Los problemas siempre nos encuentran.

Astrid mordió su labio inferior. Volver a estar con ellos aún era extraño, un tanto desconocido. Luego de tantos años separados habían vuelto a encontrarse, o más bien ella los había encontrado, como si el destino lo quisiera así. Tras recorrer tantos países las posibilidades eran mínimas, pero parecían estar destinados a estar juntos.

—Lo bueno de eso es que no te aburres.

Compartieron una risa que fue muriendo lentamente hasta que sólo quedaron sonrisas en sus rostros. Se sentía bien tener una amiga, alguien en quién se podía confiar.

—Me alegra que estés con nosotros, Astrid.

—También a mi, Beks. También a mi.

Las horas siguieron pasando y poco tiempo después de que Rebekah abandonara su habitación, Astrid se encontró dormida. Saber que al menos Rebekah permanecería a su lado le transmitía seguridad de que no volvería a estar sola, porque uno con Niklaus nunca sabe, demasiado impredecible. Le había dicho que la amaba y ella quería creerlo con cada fibra de su ser, pero le costaba horrores. El gran híbrido era una persona despiadada y sin remordimiento que parecía no amar a nadie que no sea a si mismo y tal vez un poco a su familia, ¿qué le aseguraba que no mentía? Pero, entonces, ¿por qué lo hacía? No había nada que Astrid pudiera ofrecerle que él ya no tuviera.

bloodbath ━━ niklaus mikaelson ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora