EQUIPO SASU-HINA-NARU

III

Un tronco cae destrozado.

«¿Una trampa?»reacciona Sasuke.
«Sabe donde estoy»voltea atrás.

Hinata ya no se encuentra allí al verse percatado igual de eso.

«Fue más rápida que yo»inicia Sasuke a moverse.

«Esto debe funcionar»es el único pensamiento que confía la azabache.

«Ahí esta»descubre el sensei observando oculto.

—Asi que Hinata, estás escapando —se interpone en su camino.

Ella se detiene paralizandose.

—Kakashi-sensei...

La analiza de pies a cabeza.

—Por como te encuentras, podrías tratar de intentar algo.

No hay respuesta.

Alrededor de ella el ambiente parece alterarse y sentirse pesado. Puede sentirse presa bajo un genjutsu.

—¡Dispersion! —exclama sin dudarlo dos veces realizando sellos.

Pájaros vuelan aterrorizados por el grito del jutsu llamando la atención de Sasuke desde donde se encuentra.

—Después de todo el Genjutsu no funciona del todo contigo, ¿No es así?

Desvía la vista—Si...

—Vamos, ¿Entonces por que no atacas? Sé que eres buena en Taijutsu —invita con sus manos y una sonrisa.

Los segundos pasan.

—Bueno, si no inicias tú, podría iniciar yo —advierte corriendo para dirigir el primer golpe.

El movimiento es evadido.

—Impresionante...

Aún así golpea su pecho alejándola con fuerza.

—Para una réplica y ganar tiempo.

Humo aparece en el ambiente como respuesta.

—Dime, que opinas Sasuke de ello —cuestiona de reojo al recién llegado.

Detenido lo mira«Pudo haber hecho más, pero huyó al final. Una cobarde»su opinión.

—Yo no soy igual a ellos.

—Guarda tus alardeos cuando consigas un cascabel... Sasuke.

Se detiene frente a él con expresión seria.

—El Clan Uchiha, uno de los mayores Clanes de la Aldea, que tan interesante puedes ponerme tú...
.
.
—No volveré a caer en su trampa —afirma seguro.

El kunai aparece cortando la soga de la que se sostiene y sorprendido cae.

Voltea sorprendido buscando la causa.

—Naruto-kun —se acerca—. Etto... ¿Estas bien? —pregunta tímidamente sin mirarle a la cara.

«No tengo por que dudar... No puede fallarle a Naruto mientras él también se esfuerza»se trata de convencer Hinata y no quedarse paralizada.

—Hinata.

Observa la chica por un momento y se acerca con una sonrisa.

—Gracias Hinata. Ayer y al parecer hoy me salvas.

Asiente tímidamente.

—¡Por cierto! No logré disculparme aquella vez por irme tan apresuradamente, perdon por ello.