XXXIV

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—¡Delicioso! —proclama la mujer tras dar un mordisco.

Había expresado la necesidad de hablar a solas con ella, pero no pensó que el lugar al que la llevaría fuera donde se encontraba la comida favorita de la kunoichi.

Sin embargo, estaba bien, por qué era un lugar público y ella alguien sin duda peligrosa.

—Etto... —no es capaz de recordar el nombre de la censora del examen.

Después de todo solo lo había oído una vez.

Y verla tan animada y feliz por una comida lo volvía todo más extraño.
Quedando fuera su fascinación por la sangre, podría encontrar similitudes con el rubio fácilmente.

Cuidate de esa mujer. No confío en ella, una mujer que le guste la sangre no debe tener nada bueno —advirtio el rubio a su oído en un susurro.

—Na-Naruto-kun...

—Cuidate Hinata —palmeo su hombro y dió vuelta apuntando—. ¡Y usted, no se atreva hacerlo algo malo, por qué me las pagará! ¡Que le quede claro!

—Hmm... El gusano tienen agallas...

Apretó dientes y giro—¡Me voy!

El recuerdo se desvanece de su cabeza.

—Etto... —subio el volumen de su voz—. Censora...

—Solo dime Anko —agrega en medio de otro mordisco del dango en su mano.

Asiente—Anko-san... No quisiera molestarla, pero es tarde y si...

—Bien —interrumpe dejando el palillo sobre el plato—. Tienes razón, entre más rápido explique esto, mejor.

La kunoichi se prepara atenta a lo que la mujer dirá.

Debía ser serio para mostrarse así tan de repente.

—Antes que nada debo aclarar que estás en libertad de decidír si deseas que te entrene o no —establece mirando fijamente—. Como dije antes, Kakashi no me busque a mi, sino yo a él con respecto a esto. Por lo que la última palabra la tienes tú.

Sopesa—¿Que fue lo que le dije a Kakashi-sensei sobre esto?

—Él sabe las razones por las cuales he venido en tu búsqueda y acepto esperar a que eligieras o rechazaras mi ayuda para entrenarte.

Observa los gestos de la kunoichi cuidadosamente.

—¿Y cuáles son... Esas razones?

—En lo personal me gustaría no decírtelo todo. Más si diré que si aceptas que te entrene... —un movimiento—. Podré ayudarte con el problema del chico azabache —menciona cerca de su oreja y alejándose cuervando los labios.

¿En qué momento ella corto esa distancia? Ni siquiera le dió tiempo de reaccionar.

«Sasuke... Ella sabe lo de Sasuke»mira a la censora adelante sonriente dando otro bocado a su dango. «Y no solo eso... Dijo ser de ayuda»baja la vista a sus rodillas.

¿Que debía hacer? ¿Confíar? Además, ella dijo que Kakashi conocía sus intenciones, y el Jounin por un motivo permitió que la mujer se acercara a ella.

Solo ella tenía la elección, la última palabra, ¿Que debía hacer? ¿Cuál elección sería la correcta?

—Fuf... —resopla dejando el palillo en el plato totalmente satisfecha—. ¿Y bien, que piensas de esto?

La azabache alza la cabeza insegura en decir alguna palabra.

Sus pensamientos se acumulaban demasiado rápido como si quisiera ver el panorama por completo, más le faltaban piezas en si.

EQUIPO SASU-HINA-NARUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora