Capítulo 49

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Yami

Llegue del trabajo y me puse a observar la casa, estaba completamente vacía. Vaya a saber uno donde están Arianna, Iban y Coco.

Como sea, subí,  me coloqué mi malla, deje todas las cosas del trabajo en la cama y baje. Fui hacia la cocina, me serví agua y salí al patio. Me meti a la piscina, estaba fría, pero como hacía calor, no importaba.

Estaba tranquila, escuchando musica, cuando me llega un mensaje.

Grupo: Las locas de las locuras

Romi: Nota de voz

Las veo a las 18:30 en su casa, las quiero.

Reí, era tan común de ella el hecho de no saludar... ¡NI NOS PREGUNTO SI PODÍAMOS!

Me llego otro mensaje, era del grupo, pero esta vez de Ana.

Ana: Nota de voz

Hola Romi, si estamos todas bien, gracias por preguntar, esta bien, no tenemos nada que hacer a esa hora, trae a Vanessa que Emma quiere jugar con ella.

Me volví a reír, si hay algo más gracioso que Romina siendo Romina, es Ana corrigiendo a Romina. Esas dos si son graciosas. ¿Pero que digo? ¿Desde cuando me da gracia eso? No lo puedo creer, estoy realmente enferma. Debo avisarle a las chicas, Emma no se puede acercar porque puede ser contagioso..

Meli

Estaba con mi nueva secretaría, mientras hablábamos de los papeles de Martinez, una mujer de unos 30 años, se divorcio de su esposo y se quedo con una de sus hijas, la más chica, ya que dice que tiene futuro, mientras las otras tres las desprecia, las demás viven con su padre. El caso, ambos pelean por un jet privado a nombre de ambos y una mansión en Miami. ¡A ELLOS SOLO LES INTERESA EL DINERO! Porque despreciar así a sus hijas, es horrible.

Pero como aquí soy nueva, no puedo renunciar al caso. Por desgracia...

Hoy sería el juicio y las cuatro chicas estarían allí.

Salí del lugar y fui al lugar donde se realizaría. Cuando llegue, fui hacia las cuatro niñas, se veían realmente tristes, eran dos rubias como su madre y las otras dos castañas oscuras, creo que igual a su padre, las rubias tenían los ojos avellana, la morocha mayor tenia los ojos verdes y la pequeña azules.

Me acerque y me senté a su lado.

-Hola chicas -me miraron- ¿tienen hambre?

-Nuestros padres nos alimentan, si se refiere a eso. -Me aclaró la mayor.

-No me refería a eso, soy la abogada de tu madre. -Se sorprendió.

-Pero... No tenes más de 20 años, es imposible. -Le sonreí.

Ari

Estábamos jugando con Coco, hasta que por desgracia, llamaron a Iban desde las oficinas, que debía ir por un problema.

-Debo irme al trabajo, pero tú y Coco se vienen conmigo. Luego iremos a un lugar hermoso, ¿que dices? -Sonreí.

-Creo que hablo por los dos al decir que si, aceptamos. -Ambos nos reímos y nos dimos un beso.

Él cargo a Coco y nos dirigimos a nuestra habitación para vestirnos, luego, bajamos y nos fuimos, cerrando la puerta de la casa.

Subimos a su auto, el cual era un audi blanco, me gustaba, pero no mucho.

Nos fuimos a sus oficinas, las cuales admito eran muy lujosas, llegamos y la secretaría lo miraba con deseo, eso me hizo cerrar mi puño sano.

-¿Que ocurre Joaquin? -Tenia a Coco en sus brazos ya aunque estuviera serio, no podía tomarlo enserio, ya que me daba ternura.

Amigas desde la adolecenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora