Capítulo 16

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Meli

Bajamos a desayunar, allí estaban Vane y Emma tranquilas desayunando, mis hijas corrieron a abrazar a sus abuelos y luego las sentamlos.

Manu saludo a sus padres con una sonrisa sincera, mientras que yo abrace a mi suegro con una sonrisa sincera y a mi suegra con una falsa.

-Querida, ¿mis hijas y su amiga? -Suspire, odio que le diga "hija" a Romi y que la trate horrible.

-Valen se fue temprano porque debía trabajar, Romi está en el patio y Cheryl durmiendo. -Dije y justo entró Romi del patio, seguida de Alex.

-Buenos días. -Sonrio y abrazó a mi suegro.

-Buenos días mi pequeña. -La abrazó él.

-Buenos días madre. C-como Alex saludando a su madre.

-Buen día hijo. -Dijo con una sonrisa falsa.

-Hola Meli, Manu. -Nos saludo feliz- Hola Fiorella. -Dijo con una sonrisa falsa.

Se sentó y Fiorella sonrió cuado las pequeñas se fueron.

-Enferma, ayer te quedaste con mi hija hasta tarde. ¿Qué le hiciste?

-N-nada. -Susurro y bajo la cabeza.

-Romi, mirame. -Ella lo hizo y cerré los puños- Manu llevate a las pequeñas.

-No, ¿que harás? -Lo mire enojada y agarró a nuestras hijas y subio.

Mire a mi suegro y él también subió.

-Meli, no es necesario. -Susurro Romi mirandome.

- Oh si lo es, señora, ¿se cree que por ser mayor puede insultar y golpear a mi amiga? ¿O que por hacerse responsable de ella cuando murió su familia, tiene derecho a golpearla e insultarla? Esta equivocada. - Dije acercandome- pero si le gusta golpear personas más jóvenes, le mostraré que se siente que una persona más joven la golpee.

Y así comence a golpearla, primero le sangre el labio, luego la nariz, después su ojo quedó inflamado para luego dejar moratones en su pómulo, hasta que unos brazos me quitaron.

Yami

Luego de hablar con mi hijo sobre su compañera, decidimos entrar y mirar su programa favorito, ya que no había dejado de llorar.

Cuando acabo el capítulo mi hijo ya estaba dormido. Lo lleve a su cama y sonreí.

Según la psicóloga, parecía que Fede se sentó a inferior a su hermano, que para él, nosotros no lo escuchábamos y que preferimos a Noah.

Cosa que no es así, nosotros no tenemos preferidos y mucho menos, queremos hacer sentir menos a uno de los niños.

Baje y me senté en la da la esperando a que llegarán Pablo y Noah.

Cuando lo hicieron, Noah venía dormido en los brazos de su padre. Entonces, este lo subió a su habitación, luego bajo y me miro.

-Perdón, no debí de insultar tu trabajo, sin saber. -Me miro y yo suspire.

-Pre-juzgar está mal. -Lo mire- Pero te perdonó.

Él me sonrió y me beso.

-Amor... ya... bebé... -Me reí porque me hacia cosquillas.

- ¿Vamos a dormir? -Me pregunto alejandose.

-Claro, pero antes me la pagarás -Lo tire al sofá y comence a besarle el cuello, dejándole marcas, cuando acabe, me separe y sonreí.

Amigas desde la adolecenciaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora