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04 de diciembre de 2014
Mientras Rose caminaba por el pasillo para llegar a su casillero, cualquier estudiante la felicitaba.
─¡Mi flor! ─escucho gritar la voz de Nathan. Los tres adolescentes la esperaban frente al armario azul de la chica. Ella rió y se acercó a sus amigos, quienes la abrazaron con fuerza apenas llegó a sus lados. ─Deja de crecer, cariño ─murmuró Noah en su oído. ─¿Mientras tú sí lo haces? No, gracias ─contestó Rose haciéndolo sonreír. ─Hoy serás tratada como una reina ─dijo Oliver haciendo una reverencia. ─¿Eso significa que hoy no habrá bromas sobre ser inglesa? ─No seas tan ilusa, Rose ─se burló Nathan, a lo que su amiga puso los ojos en blanco y abrió su casillero y comenzó a sacar sus libros.
Cuando terminó, Noah los quitó de sus manos, disponiéndose a llevarlos él mismo, mientras Nathan cargaba en su espalda a Rose. Llegaron a su salón de clases entre risas y se sentaron en las últimas filas.
Las primeras horas pasaron, en las cuales todos los maestros habían felicitado a Rose. A ella le sorprendía que supieran la fecha de su cumpleaños, a pesar de tener una muy buena relación con todos, no lo esperaba.
Junto a su mochila en el suelo tenía una caja con pequeños regalos que varios amigos suyos, no tan cercanos como el castaño claro, el rubio y el pelinegro, claramente, le habían dado; chocolates, unos billetes, unas cartas o cosas parecidas.
No era mentira cuando alguien decía que una chica que ni siquiera era de Canadá era posiblemente la persona más querida de preparatoria. Porque incluso los grados menores la querían. Al ser una de las mejores estudiantes, algunos profesores le pedían ayuda con otros grados y grupos. Aunque ella lo hacía con gusto, siempre terminaba dando más asesorías de lo pensado, y como resultado siempre terminaba con dinero ahorrado.
Deseando que no dejaran tarea ese día, Rose caminaba junto con sus amigos al comedor. Entraron y se apresuraron a formarse para tomar su comida. La fila se alargaba y las mesas comenzaban a llenarse de estudiantes, el equipo de hockey, el club de teatro, grupos de amigos que apenas se juntaban y grupos de amigos que tenían años de amistad. Dentro de este último grupo se encontraba el escritor de las cartas. Shawn siempre perteneció al mismo grupo de amigos desde la primaria, y esperaba que no cambiara nunca. Y si lo hacía, que fuera para que Rose y sus amigos se sumaran.
En menos de 10 minutos Rose, Noah, Oliver y Nathan se encontraban sentados en su mesa habitual. De un momento a otro, Noah subió a la mesa y pidió la atención de todos.
─Atención todos, por favor ─gritó y una vez que todos lo miraban continuó. ─Como muchos saben, hoy es el cumpleaños de nuestra inglesa favorita, nuestra querida Rose Fernsby.
