El Indicado - Omegaverse Chriserick

Epílogo

Estos años junto a Christopher han sido los mejores, nuestro Logan es un niño hermoso y sobre todo feliz.

Christopher da todo por su hijo, es un gran padre y siempre está al pendiente de que no le ocurra nada.

Nuestro cachorro pasó por la etapa de presentación, tuvimos que estar al pendiente de él durante lo que duró el proceso, tuvo mucha fiebre, picazón y su piel estuvo algo irritada debido a las feromonas que comenzó a soltar.

Sí, resultó ser un pequeño Alfa, eso fue un alivio enorme para mí, mi pequeño en parte tenía una buena vida asegurada.

En un comienzo Christopher estaba empeñado en poner a nuestro pequeño en una escuela especialmente de Alfas, claramente me negué, yo quería que Logan vaya a un colegio mixto donde pueda conocer Betas y Omegas, tenía que relacionarse con otras castas y aprender que todos tenemos que tener las mismas oportunidades.

- Al fin llegaron - dije desde la cocina. Salí de ahí para ir a saludar a mi pequeño.

- ¡Papá! - dijo mientras se tiró a mis brazos.

- Cada vez pesas más, estás muy grande tú - besé su mejilla.

- Lo regañaron en la escuela.

- ¿Por qué?

- Que te diga él.

- ¿Que pasó? - lo miré de inmediato.

- La maestra, me regañó porque estábamos jugando a las mordidas y mordí muy fuerte a mi compañero - contestó con un puchero.

- ¡Ay Logan! Te hemos dicho que tienes que tener cuidado, es un juego no queremos que marqués a alguien tan pequeño - reí.

- Es la quinta vez que lo regañan por lo mismo Erick.

- Pero no es mi culpa - se excusó.

- ¿Algo más que debas contarle? - habló Christopher.

- ¡SIIIIIIIIII!

- ¿Que pasó?

- Hoy también estábamos jugando con unos amiguitos de otras casta.

- Eso está bien - respondí.

- Pero mis compañeros Alfas lo hicieron sentir mal, lo hicieron llorar y eso no está bien.

- ¿Y que pasó?

- Los alejé de él para que ya no llore y se sienta bien de nuevo.

- Y tiene un poleron menos - apuntó Christopher.

- ¿Que?

- Se lo di al niño Omega papá - levantó su mirada - tú usas los polerones de papá cuando lo necesitas o te sientes solo.

Mire a Christopher quién tenía una pequeña sonrisa que intentaba ocultar.

- Mi cachorrito estás tan grande - lo abracé - estuvo muy bien lo que hiciste.

- ¿Verdad que sí?

- Sí.

Lo bajé para que vaya a dejar sus cosas, para ser tan pequeño ya comenzaba a hacer sus cosas por sí solo, era un encanto.

- ¿Ya ves? - me abrazó para pegarme a él - estoy guiando a nuestro cachorro como tú querías.

- Es tan hermoso, está creciendo muy rápido.

- Será un buen Alfa y de por sí ya se nota que será un buen protector.

- Eso me alegra, buen trabajo - deposité un beso en sus labios - ¿ya te enteraste?

- ¿De qué?

- Joel y Zabdiel van por el tercer cachorro ¿puedes creerlo?

- Se tomó demasiado enserio lo de cumplirle a su esposo - rió.

- No sé cómo lo hacen, yo no podría.

- Yo sí, a ver si te animas a tener otro - dijo insinuante.

- No no no, olvídalo - me negué de inmediato - quedé traumado.

- Solo te volverían a abrir - dijo como si nada.

- Ay cállate - tapé mi cara recordando aquel momento - eres cruel, pero te amo así.

- Miedoso.

- ¡Oye! - fruncí el ceño - no me digas eso.

- Lo siento, lo siento - rió para besarme.

Estábamos besándonos hasta que sentimos que nuestro pequeño cayó - ¡Logan!

- Déjalo - me detuvo al ver que iba a levantar a mi hijo. Observé a Logan que esperó un momento y se levantó por si solo para seguir su camino - ¿ya ves? Él puede, tienes que dejarlo.

- Ni siquiera lloró.

- Es un Vélez.

- ¡Ay Christopher! - puse los ojos en blanco.

- Es un valiente, él es fuerte, no hay nada que lo detenga - dijo caminando hacia él - nuestro cachorro es el mejor Alfa de su generación - volvió su mirada a mi - te lo aseguro.

Me alegraba esa confianza que tenía en su hijo, esa disposición de enseñarle a como ser un buen Alfa pero sin lastimar a nadie, nuestro hijo iba por buen camino.