-Tranquila, respira.- me decía a mi misma.- todo saldrá bien.-
No, no estoy de parto, estoy en mi habitación, con un gran nudo en la garganta, y por qué? porque hasta ahora no me había parado a pensar fríamente lo que significaría tener un bebé a mi edad, porque ahora mismo no me tenía que preocupar de nada, solo de comer bien e ir al médico para las revisiones, pero y cuando naciese qué? y si no sabía criarlo? y si no se me daba bien? y si mi vida acaba siendo un completo desastre? y para colmo el padre de mi hijo es un camello al que amo pero que no puedar estar con él, otra pregunta más. conseguiría rehacer mi vida con un hijo?
Me senté en la cama y seguí respirando mientras acariciaba mi vientre, definitivamente lo que necesitaba era tomar un poco el aire. Me puse un vestido blanco de tirantes, corto pero ancho y muy fresco y unas sandalias planas de color marrón, bajé y até a Kira.
-Camila no deberías pasear a Kira.- dijo mi madre.-
-Y eso por qué?.-
-Porque puede dar algún tirón y te puedes caer.-
-Mamá, sabes de sobra que Kira no hace eso.- dije un poco irritada.- además, estoy embarazada no enferma, no voy a dejar de pasear a mi perra por eso.- Cogí a Kira y me marché.-
No hacía tanto calor como me pensaba, al estar anocheciendo el ambiente se había refrescado más. Al llegar al parque me senté en un banco a comtemplar como los niños se echaban encima de Kira, como siempre que la llevaba al parque, y a ella lejos de molestarle, se empanzurraba en el suelo boca arriba moviendo la cola como una loca.
-Vaya, vaya, vaya, pero mira a quién tenemos aquí.- me sobresaltó una voz desconocida.-
-Y tú quien eres?.- dije un poco nerviosa por la forma en la que me miraba.-
-Oh, que malos modales tengo, me llamo Jeremy, soy un buen amigo de Mike, te acuerdas de él?.- todo mi cuerpo se tensó automáticamente al escuchar ese nombre y me toqué de forma instintiva el vientre.-
-Me voy de aquí.- pero él me cogió del brazo bruscamente.-
-Por lo que veo vas a tener un bastardo o una bastarda.- sonrió cínicamente.-
-No te atrevas a decirle bastardo a mi hijo! aquí el único bastardo eres tú y el repugnante de tu amigo.- apretó con más fuerza mi brazo haciendo que se me escapara un leve gemido de dolor.-
-Escuchame bien zorra, ya puedes estar moviendo ese lindo trasero que tienes para sacar a Mike de la cárcel si no tú y tu bastardo pagaréis las consecuencias.- las lágrimas salían en silencio por mis ojos y también podía escuchar gruñir a Kira.-
-Qué pasa aquí.- dijo una voz muy conocida para mi.-
-Tom!.- me solté del agarre de ese animal y abracé a Tom aliviada.-
-Nada, tu noviecita y yo estábamos arreglando un par de cosas, verdad cielo?.- me acarició el brazo y Tom le apartó la mano de un manotazo y me colocó detrás de él.-
-Si te vuelves a acercar a ella te mato.- le dijo Tom muy cerca de su rostro.- Vamos Camila.- ató a Kira y me cogió de la cintura para obligarme a andar, ya que estaba paralizada.-
Cuando salimos del parque no pude evitar sollozar, tenía miedo, no sabía si esas amenazas iban enserio o no, pero me habían asustado. Me costaba respirar solo de pensar en que pudiesen hacerle daño a mi hijo.
-Mírame.- me dijo Tom mientras me sujetaba la cara.- dime exactamente lo que te ha dicho.-
-Que si no sacaba a Mike de la cárcel el bebé y yo pagaríamos las consecuencias.- dije entre hipitos por el llanto y Tom se dió la vuelta con los puños apretados en dirección al parque.-
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Por primera vez.
Novela JuvenilCamila, 17 años, alegre, extrovertida, dinámica, inocente pero rebelde, se verá enredada por primera vez en situaciones que nunca habría imaginado.