Capítulo 15.

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P.O.V TOM

Dicen que el día más feliz de un hombre es el del nacimiento de su hijo, pero yo no sabría si describirlo así al pie de la letra. Camila parecía que iba a extrangular a alguien en cualquier momento, sus padres andaban de un lado para otro angustiados poniéndome más nervioso de lo que ya estaba, y los médicos poseían una irritante tranquilidad.

-No puedo más! diles que me den la maldita epidural!.- gritaba Camila como lo había hecho desde que llegamos aquí.-

-Ya sabes que te han dicho que tienes que esperar un poco más, no has dilatado lo suficiente.- le dije con  calma mientras agarraba su mano cosa que no tardó en apartarme bruscamente.-

-Esto es por tu culpa!.- gritó mientras comenzaba a llorar, otra vez.- si nunca te hubiese conocido no estaría aquí a punto de desperdiciar los mejores años de mi vida! te odio! no quiero verte!.- miré al médico que acababa de entrar y me sonrió como si viese eso todos los días.-

-Como quieras.- resoplé bastante molesto, una cosa es estar de parto y otra tener ganas de matarme a cada cosa que diga, pero en fin, es algo que nunca podré experimentar, por suerte.-

Salí al pasillo y me dirigí a la sala de espera y me senté en el suelo con la espalda apoyada en la pared, no dejaba de pensar que pasaría cuando Camila tuviese a nuestro hijo, si me dejaría verlo, si me dejaría estar con él, si se le pasaría todo al verlo y qerría que fuésemos una familia de nuevo, no sé, todo esto me está sobrepasando, lo único que tenía claro era que haría cualquier cosa por ellos, y que eran lo mejor que me habían pasado nunca, la única duda que tenía era si Camila pensaba lo mismo.

-Con que estás aquí.- una voz me sacó de mis pensamientos.-

-Si señor Evans, aquí estoy.-

-Te he dicho mil veces que me llames Chester, todavía no soy tan viejo.- me dijo sonriendo y yo no tuve más remedio que hacerlo, era una persona que te transmitía mucha tranquilidad y seguridad, a pesar de ser mi suegro.-

-Es cierto, es que ahora mismo tengo la cabeza en mil sitios.- suspiré afligido.-

-Te entiendo perfectamente.- le sonreí.- por qué no estás dentro con ella?.-

-Me echó a patadas en el culo.- el padre de Camila soltó una gran carcajada.-

-No me extraña nada, conociéndo el carácter que tiene y estando de parto no me lo quiero ni imaginar.- lo miré con una pequeña sonrisa.- pero a ti te preocupa algo más cierto?.-

-Básicamente no sé que va a ser de nosotros cuando nazca el niño, Camila parece que no me quiere cerca y yo no sé que hacer, tengo los nervios de punta.-

-Por la experiencia que me han dado los años, te diré que tienes que darle tiempo, y más después de tener al bebé que aunque es una experiencia maravillosa, los primeros meses son algo así como una pequeña tortura.- ambos sonreimos.- no tienes ni idea de como cogerlo, te da miedo bañarlo, pero sin duda lo peor de todo es aconstumbrarse a las noches sin dormir, es muy duro ser padres primeros y más a vuestra edad, por eso no deberías forzar las cosas ahora mismo, ella sabrá lo que tiene que hacer cuando la situación se calme y te buscará.-

-Pero yo quiero estar con mi hijo en sus primeros días.-

-Y estarás con él.- volvió a sonreir.- sabes perfectamente a lo que me refiero.- yo asentí.-

-Espero ser algún día tan buen padre como lo eres tú señor E..Chester.-

-Y lo serás, no me cabe la menor duda.-

-Chester, Tom!.- ambos nos volvimos bruscamente en dirección a la voz, era la madre de Camila.- van a meterla ya al paritorio.- en cuanto dijo eso me levanté de un salto y fui corriendo.-

Por primera vez.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora