No dormí nada en toda la noche, entre lo que pasó con Tom, lo adolorida que estaba y el miedo que tenía al estar sola en aquella habitación, no paré de dar vueltas en horas y horas, es más, me dormí viendo los primeros rayos de sol entrando por la ventana. Cuando me desperté Dylan ya no estaba en su cuna, probablemente Tom lo había cogido para darle de comer, ya que eran las 12 del mediodía, asi que me levanté perezosamente de la cama sin mirarme en el espejo.
-Buenos días.- dijo Tom un poco distante mientras jugaban con Dylan.-
-Igualmente.- respondí de la misma manera a la vez que me echaba zumo de naranja.-
-Cómo has dormido?.- me preguntó después de unos minutos de silencio.-
-Bueno, apenas hace unas horas que conseguí conciliar el sueño.-
-Es normal, todavía estarás asustada.- asentí levemente mientras bebía.-
La verdad es que estuve pensando toda la noche en decirle que olvidásemos todo lo que ha pasado, todo lo que nos hemos dicho, porque sinceramente pienso que ahora es cuando más unidos tenemos que estar para proteger a nuestro bebé y a nosotros mismos. Quería decirle que no he dejado de amarle ni un solo segundo, que lo echo terriblemente de menos, y que me muero por que me vuelva a besar, a abrazar, a hacerme sentir solo como él sabe hacerlo.
-Tom.- reuní valor.- tengo que hablar contigo.- me hizo un gesto con la mano para que me callase y dejó a Dylan en la cunita portátil.-
-No hace falta que digas nada, sé que no fue apropiado lo que hice ayer, ni estos días.- mi corazón bombeaba con esperanza.- siento haberte besado anoche, no se volverá a repetir.- y ahí se terminó de romper por completo.-
Estaba a punto de abrir la boca cuando sonó el timbre, iba a abrir la puerta pero Tom no me dejó.
-Está Camila?.- oí una familiar voz masculina así que me asomé para ver quien era.-
-Y tú eres?.- preguntó Tom desconfiado.-
-Dan!.- dije al verlo y corrí a abrazarlo.- pasa por favor, no te quedes ahí parado.- miré a Tom de forma severa.-
Nos sentamos en el sofá y Tom se sentó en la isla de la cocina, que sabía bastante de sobra que nos estaba vigilando, cosa que no entendía, pero supongo que estaría preocupado por todo lo que pasó y al no conocer a Dan tanto como yo tendría la paranoia en esa cabeza suya.
-Cómo estás?.- me preguntó dulcemente Dan.-
-Bien, dentro de lo que cabe claro, pero bastante mejor.- me acarició suavemente las heridas de la cara y le dediqué una pequeña sonrisa.-
-Ojalá hubiese podido hacer más.- dijo en un tono amargo.-
-Hiciste más de lo que te crees, todavía no sé como darte las gracias.- dije sincera.-
-A mi se me está ocurriendo una manera.- sonrió ampliamente.- ven conmigo a comer.- me quedé sorprendida y parece que Tom también porque se escuchó un estruendo de platos en la cocina.-
Me quedé pensando un momento, no tenía nada de malo salir a comer con él, y era guapo, muy guapo, y aunque fuese más pequeño que yo, aparentaba todo lo contrario, además es que los chicos si que pueden salir con chicas más pequeñas que ellos pero nosotras no? pues claro que podemos. Miré a Tom que me miraba con el ceño fruncido e instantáneamente se me vino a la cabeza nuestra reciente conversación, y un pequeño pinchazo de dolor se alojó en mi pecho, definitivamente no podía seguir así.
-Me encantaría comer contigo.- su sonrisa se amplió más si es que eso era posible.- pero mira que pintas.- me señalé la cara herida y amoratada.- aunque bueno el maquillaje lo hará parecer menos escandaloso.- Dan asintió.-

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Por primera vez.
أدب المراهقينCamila, 17 años, alegre, extrovertida, dinámica, inocente pero rebelde, se verá enredada por primera vez en situaciones que nunca habría imaginado.