Cogí la cuna de Dylan y la arrastré con cuidado hasta el baño de mi habitación, allí estaría seguro si es que había entrado alguien. Atranqué la ventana del baño rápidamente y después la puerta para que estuviese a salvo. Salí poco a poco de la habitación, intentando no hacer ruido y bajé cuidadosamente las escaleras temiendo que se escucharan los latidos de mi corazón que latía desbocado.
Terminé de bajar y miré con cuidado hacia la cocina, donde teníamos una puerta trasera de cristal que daba a la piscina y se me heló la sangre cuando vi una figura moviendose a sus anchas por allí, asi que no dude en salir corriendo escaleras arriba para llamar a la policía con la esperaza de que no me hubiese visto, pero al parecer no tuve tanta suerte, porque cuando estaba apunto de abrir la puerta de mi habitación, noté un fuerte tirón de mi brazo que hizo que callese aparatosamente por las escaleras, llevandome otra vez, la mesita del teléfono por delante. Solté un gemido de dolor, pero me levanté de inmediato a ver que ese hombre se acercaba otra vez a mi, el único problema es que llevaba la cara cubierta.
-Sueltame!.- le grité cuando me cogió fuertemente del pelo para levantarme del suelo y el solo soltó una carcajada.-
Me dió la vuelta y me propinó un puñetazo en el pómulo haciendome caer al suelo y darme con el filo de las escaleras en la frente, encima de la ceja, donde pronto empecé a notar que algo resbala por mi cara, me toqué dificultosamente la zona afectada y como sospechaba salia bastante sangre.
Me levanté como pude y vi que se dirigía escaleras arriba, el pánico me invadió por Dylan, ahora lo que tenía que hacer era provocarlo para alejarlo de la casa, asi que cogí un jarrón medio roto que había al lado de la mesita de teléfono y se lo lancé en la espalda y enseguida echó a correr hacia mi, asi que yo no me quedé atrás, salí corriendo como pude, ya que estaba muy adolorida, pero conseguí salir a la calle y correr con todas mis ganas, miré por encima del hombro y ese bastardo me perseguía, consiguió ponerme la zancadilla y hacerme caer, provocando que me sangraran las rodillas y las manos, se colocó encima de mi, y pasó sus manos por mi cuello. Miraba desesperadamente a todas partes, deseando que alguien apareciese, que alguien se diese cuenta, el aire me faltaba, y entre toda la histeria pude coger una piedra del suelo, aunque no era muy grande esperaba que me sirviera, y se la estampé en la cabeza.
Me soltó de inmediato para llevarse las manos a donde le había dado, así que no dude en salir corriendo a pesar de la falta de aire, pero ese cabrón seguía detrás de mi, por suerte, a lo lejos, pude distinguir a Ian con su amigo Dan.
-Ian! ayúdame! IAN!.- grité con todas mis fuerzas mientras corría hacia el y lloraba como nunca antes lo había hecho, de puro terror.-
Al darse cuenta de que era yo, Ian y Dan corriendo hacia ami, miré atrás para ver si me seguía persiguiendo, pero estaba corriendo en dirección contraria a la mia. En cuanto alcancé a mi hermano lo abracé fuertemente, él me separó un poco para ver que me pasaba.
-Dios mio Camila como te has..- se calló abruptamente mirando al frente, me giré y sabía que estaba mirando como ese animal salia corriendo, y Dan y él se dispusieron a correr detrás de él, pero los sujeté con toda la fuerza que tenía para detenerlos.
-No por favor, no lo hagáis, no me dejéis sola.- les supliqué entre sollozos.-
-Shh tranquila, nos quedaremos contigo.-
-Dylan, en el baño de mi habitación.- conseguí decir entre el llando.-
-Dan llévala dentro, yo voy a ver como está el bebé.- Dan me cogió en brazos y me acurruqué en su pecho mientras Ian salía corriendo al interior de la casa.-
Me iba a dejar suavemente en el sofá pero lo agarré con fuerza para que no me soltase, estaba muy asustada, y me daba miedo que si se separaba de mi ese tipo volviese a acabar lo que había empezado, así que se sentó en el sofá conmigo en brazos. Suspiré más aliviada cuando vi que Ian bajaba con Dylan en brazos que lloraba ruidosamente.
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Por primera vez.
Teen FictionCamila, 17 años, alegre, extrovertida, dinámica, inocente pero rebelde, se verá enredada por primera vez en situaciones que nunca habría imaginado.