CAP 4: What the hell is Narnia?

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–Mira, ahí viene Peter. –Susurró ___, al oír los pasos del mayor de los Pevensie acercarse.

–Sí, no nos encontrará. –Rió Ed.

–¡Ya regresé! ¡Estoy bien! ¡No me pasó nada! –Llegó Lucy, gritando a todo pulmón.

–¡No hables! ¡Ahí viene! –Gruñó Ed, mirando mal a su hermana menor.

–Creo... que no entendieron de qué trata el juego, ¿Verdad? –Se oyó la voz de Peter hablar.

___ y Ed salieron de su escondite, y Peter los miró, confundido, al igual que a Lucy.

–Pero... ¿No se preguntaron en dónde estaba? –Preguntó la menor de los Pevensie, con el mismo rostro de confusión que el que tenían los tres hermanos.

–¡De eso se trata el juego! –Gruñó Ed, mirando mal a la pequeña de ojos azules.

–¿Eso significa que gané? –Llegó la mayor de los Pevensie, con una sonrisa torcida en el rostro.

–Lucy no quiere que juguemos más. –Explicó Peter.

–Pero yo... estuve lejos... –Comenzó a explicar Lucy.- ...por horas.

–¿A qué te refieres, Lu? –Habló ___, pidiendo una explicación a su mejor amiga.

–Corrí a esconderme en una habitación... –Comenzó a explicar la pequeña.- ... entré a un ropero, que me llevó a otro mundo. Y conocí a un fauno llamado Tumnus, que me explicó muchas cosas sobre Narnia.

–¿Narnia? ¿Qué demonios es Narnia? –Preguntó ___.

–El mundo que está dentro del ropero del profesor. Hay una bruja, y los árboles están dormidos y están en un invierno que dura cien años porque no ha habido navidad desde entonces, y...

–Está bien, Lucy. –Susan la interrumpió.- Iremos a la habitación esa, y veremos si lo que dices es real.

–¡Claro! ¡Vengan! –Lucy comenzó a correr y los cuatro comenzaron a seguirla.

Lucy los guió hasta una habitación enorme, en la cual solamente se encontraba un gran ropero acomodado en la esquina.

–Es aquí. Dentro de ese ropero está Narnia. –Sonrió la pequeña, emocionada.

Todos intercambiaron miradas y Susan fue la que caminó hasta el ropero y lo abrió. Entró al ropero y buscó algún indicio del mundo que Lucy había descrito.

Edmund caminó hasta detrás del ropero y vio que no había nada extraordinario, simplemente era el ropero y luego la pared.

Las Crónicas De Narnia: Edmund Pevensie Te AmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora