CAP 57: Aslan's table

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Llegamos a una gran mesa llena de comida, pero de seguro había algo malo allí. 

Nos acercamos a ver con más cercanía, y vimos tres hombres que parecían petrificados en el tiempo, y estaban llenos de hojas de árboles que yacían sobre ellos.

–Están respirando... –Comenté, notando que estaban vivos, pero petrificados.

–Alguien los embrujó... –Dijo Ed, confundido.

–¡Es la comida! –Exclamó Caspian, alertando a todos los demás.

–Esta es la mesa de Aslan. –Afirmó Lucy.

–Sus espadas. –Dijo Caspian.- Pónganlas en la mesa.

Tomamos las tres espadas de los Lords petrificados en el tiempo. Colocamos las espadas que encontramos juntas en la mesa, pero solo habían seis de ellas.

–Seis... –Dijo Caspian, como si hubiera leído mis pensamientos.- Aún nos hace falta una...

–¡Miren eso! –Exclamó Lucy, señalando las espadas.

Las seis espadas habían comenzado a brillar apuntando hacia el cielo. Todos levantamos nuestras miradas y vimos que la famosa estrella azul bajaba hacia la isla para... ¿Hablar con nosotros?

Qué se yo.

Al llegar al suelo, tomó la forma de una mujer muy brillante y hermosa. Parecía un ángel.

–Guerreros de Narnia. –Dijo. Tenía una voz melodiosa.- Bienvenidos.

Todos nos arrodillamos como acto reflejo.

–De pie. –Todos obedecimos.- ¿No tienen hambre?

–¿Quién eres? –Preguntó Edmund. Giré para verlo y noté que la miraba sorprendido.

–Soy hija de Ramandu, Lilliandil. –Sonrió ella.- Yo los voy a guiar.

Edmund sonrió de lado y se acercó más a ella. Yo solté un gruñido y me acerqué también. Caspian y Lucy imitaron mi acción.

–¿Eres una estrella? –Preguntó Caspian, casi o más atontado que Edmund. Ella asintió con una tímida sonrisa.- Eres muy bella...

–Si es una distracción para ustedes, –Dijo Lilliandil, preocupada.- Usaré otra forma...

–¡No! –Exclamaron Edmund y Caspian al mismo tiempo, elevando la voz más de lo normal.

Gruñí internamente.

<<Ya cálmate, Sidney. Es una puta estrella, ¿Esperabas que fuera fea?>>

Cállate. No tengo tiempo para tus estupideces ahora.

<<Bien. Me callo.>>

–Por favor, la comida es para ustedes... –Sonrió, encendiendo las velas con magia.- Hay suficiente para todos los invitados en la mesa de Aslan... Por favor, ¡Coman!

–¡Alto! –Dijo Edmund.- ¿Qué les pasó a ellos? –Señaló a los Lords.

–Estos pobres hombres estaban al borde de la locura cuando llegaron a la isla. Trataron de cometer horribles actos. Y ya que la violencia está prohibida en la mesa de Aslan, cayeron dormidos.

–¿Despertarán algún día? –Preguntó Lucy.

–Cuando todo esto termine. –Respondió Lilliandil.- Vengan conmigo, queda poco tiempo.

La estrellita brillante azul comenzó a caminar por el bosque. Caspian y Edmund la siguieron prácticamente corriendo, y Lucy y yo fuimos detrás de ellos.

Voy a matar a Edmund a penas se vaya la puta estrella.

<<Hazlo. Te ayudaré.>>

–El mago Coriakee de seguro les contó sobre la isla negra... –Comenzó a decir la estrella.

–Sí. –Asintió Caspian.

–Dentro de poco, el mal se habrá hecho incontenible.

–Coriakee dijo que rompiéramos el hechizo colocando las siete espadas en la mesa.

–¿Dónde está la última espada? –Pregunté, intentando no sonar enfadada.

–Ahí. –Dijo, señalando la gran isla de la bruma.

Tragué con dificultad. 

Las Crónicas De Narnia: Edmund Pevensie Te AmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora