CAP 18: Ed..mund...

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En el instante en el que la bruja le clavó la daga en el estómago a ___, un joven salió de entre los arbustos con una espada y los ojos hinchados, pues había estado llorando.

___ se sobresaltó al sentir la daga y sintió que la vida la iba abandonando, pero, al ver al joven, a aquel chico por el que dio la vida, por el que daría todo, se aferró a la vida por unos instantes más y observó la escena.

Edmund se abría paso entre las tropas de la bruja, hasta llegar a unos metros delante de ella. La bruja apuntó a Edmund con su daga, y se la lanzó, pero el enorme león saltó hacia la bruja, recibiendo el impacto de la daga, justo en el corazón. El gran león se desvaneció cual arena misma, y el joven humano quedó arrodillado junto a la oji-verde que agonizaba.

La bruja sonrió y gritó de placer. Luego se retiró junto a sus tropas para dejar al traidor al que tanto odiaba, sufriendo solo por la pérdida de aquella niña tonta que había muerto por él.

Edmund tomó la cabeza de ___ y la colocó sobre sus piernas. Lucy y Susan llegaron corriendo a su lado, pero Edmund no les permitió acercarse demasiado para que no le quitaran el aire.

–___... Tranquila, todo va a estar bien, ¿Sí? –Dijo el joven, tratando de contener las lágrimas que amenazaban con salir.

–Es...tá... Bien... –Dijo ___, en un hilo de voz.- Estoy f..feliz de que estén a salvo... todos ustedes...

–¿Por qué? –Sollozó Ed, rompiendo en llanto.- ¿Por qué me salvaste? No soy más que un traidor...

–No llores por mí... –___ puso su mano en la mejilla de Ed, quien la tomó sin dudarlo.- Ustedes siempre supieron que preferiría morir yo, antes que... quienes amo... –Tosió.- Susan... siempre fuiste mi ejemplo a seguir... te quiero un montón... –Una pequeña lágrima corrió por su mejilla sin que lo evitaran.- Lucy... siempre vas a ser mi mejor amiga, pase lo que p...pase... ¿Sí? –Lucy asintió, sollozando.- Ed... siempre te he querido más de lo que c..crees...Sólo... déjame ir...

–___... –Los ojos color chocolate de Edmund se quedaron viendo el verde intenso de la joven.

–Ed...mund... –Poco a poco fue cerrando los ojos, y la vida se escapó de su cuerpo.

–¡___! ¡No! –Gritó Lucy, abrazando a su hermana mayor.

–___... Yo te... yo... te amo... –Rompió en llanto y abrazó el cuerpo sin vida de la mejor amiga de su hermana menor.- ¿¡Por qué!? ¿¡Por qué te sacrificaste por un traicionero!? ¿¡Por qué no me dejaste morir!?

La pequeña Lucy sacó su botella de la flor de fuego y se acercó al cuerpo inerte de su mejor amiga para intentar ayudar.

–Ya es tarde. –Dijo Susan.- Se ha ido... –Sollozó.

Lucy la miró triste y se echó a llorar sobre el cuerpo de ___ junto a Susan. Entonces pequeños ratones fueron mordiendo las cuerdas que ataban a ___, liberando su cuerpo de las ataduras de la bruja.

–Hay que avisar a todos. –Sollozó Susan, mirando a sus hermanos.

–Es mi mejor amiga... No quiero abandonarla. –Se quejó Lucy, aun llorando.

–Lucy ya no hay tiempo. Tenemos que irnos. –Habló Susan, intentando hacer entrar en razón a su hermanita.

–Los árboles. –Dijo Lucy, al tener una idea.

Lucy envió a los árboles a entregar el triste mensaje. Aslan había desaparecido y ___ se había ido.

Las hojas viajaron por todo el bosque junto a Edmund, hacia la carpa de los Pevensie, donde Peter despertó y se sorprendió al ver a su hermano menor junto a la mujer de hojas.

Peter salió de la carpa para encontrarse con su hermano menor y un centauro, que lo miraba expectante.

–Es cierto. –Dijo Peter, bajando la mirada.- Murieron. Y por mi culpa. Yo debía protegerlos... a todos.

–___... –Edmund se tragó sus lágrimas procurando ser fuerte, y miró a su hermano.- Tendrás que ser el líder. Nadie sabe qué pasó con Aslan. Peter... hay todo un ejército que está listo para seguirte...

–No puedo hacerlo...

–Aslan confiaba en ti. ___ siempre creyó en ti, Peter. Y yo también.

–El ejército de la bruja se acerca, señor. –Dijo el centauro.- ¿Qué ordena?

Peter suspiró y ordenó formarse.

Horas después, todo el ejército narniano estaba en campo de batalla, esperando el ataque. Un grifo sobrevoló campos enemigos e informó a Peter.

–Ya vienen, alteza. –Explicó el animal.- Sus tropas superan en número a las nuestras.

–Los números no ganan batallas. –Dijo el centauro.

–No, pero apuesto a que ayudan mucho. –Habló Peter.

A lo lejos se vio el ejército de la bruja avanzar. Peter intercambió una mirada nerviosa con Edmund, quien asintió. Desenvainó su espada y se colocó el casco.

–¡Por Narnia! ¡Y por Aslan! –Exclamó el rubio.

–Y por ___. –Susurraron los dos hermanos Pevensie para sí mismos.

Y entonces la batalla dio inicio. 

Las Crónicas De Narnia: Edmund Pevensie Te AmoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora