Las Crónicas De Narnia: Edmund Pevensie Te Amo

CAP 8: Where is he?

–¡Qué mentiroso eres! –Gruñó Peter, recordando lo que Edmund había dicho la coche anterior.

–¡Tú tampoco les creíste! –Se defendió el menor de los hermanos.

–¡Discúlpate con ambas! ¡Di que lo sientes!

–¡Ya te oí! –Le gritó.- Perdón Lucy, perdón ___. –Dijo, rodando los ojos.

–No importa... –Sonrió Lucy.

–Los niños pequeños no saben cuándo dejar de fingir. –___ repitió lo que Edmund les había dicho la noche anterior y ella y su mejor amiga estallaron en risas.

–Ja, ja. Muy graciosas. –Dijo él, con sarcasmo.

–Deberíamos volver. –Dijo Susan, luego de unos momentos.

–¿No quieren conocer el lugar? –Preguntó Edmund.

–Creo que ___ y Lucy deben decidir. –Sonrió Peter.

–¡Vamos con el Señor Tumnus! –Dijeron ambas, al unísono.

–Entonces vamos a visitarlo. –Peter regresó al ropero y tomó cinco abrigos, entregándole uno a cada uno.

–¡Este es de niña! –Se quejó Edmund.

–Lo sé. –Dijo Peter.

Los cinco caminaron hacia la casa del famoso fauno, el Señor Tumnus.

–Él es muy amable. –Sonrió ___.

–¡Sí, y tiene muchas sardinas, y... –Lucy se quedó callada al ver que al llegar a la casa del fauno, estaba con la puerta forzada.

–¡No! –Las mejores amigas corrieron y entraron a la casa del fauno, llamándolo desesperadamente.

–¡Lucy! –Peter salió corriendo detrás de ellas.

–¡___! –Edmund imitó la acción de Peter.

–¡Señor Tumnus! –Gritaba ___, con desesperación.

–Esto es horrible. –Dijo Lucy, observando toda la casa del fauno destruida.- ¿Quién haría esto?

–La bruja. –Habló ___, con molestia en su voz.

–Miren esto. –Dijo Peter, sosteniendo una nota en sus manos. Comenzó a leer.- El fauno Tumnus, está bajo arresto por alta traición contra su majestad imperial, reina de Narnia. Por asilar enemigos y fraternizar con humanos. Firma, Mowgrin, capitán de la policía secreta. Larga vida a la reina.

–Muy bien. Yo creo que nos tenemos que ir. –Dijo Susan.

–¿Pero y el Señor Tumnus? –Preguntó Lucy.

–¡Tenemos que salvarlo! –Gritó ___.

–Si lo arrestaron por ser amigo de un humano, no creo que podamos ayudarlo. –Habló Susan.

–Ustedes no entienden, ¿O sí? –Dijo Lucy, mirando tristemente a ___.

–Habla de nosotras. –___ continuó lo que la pequeña iba a decir.- Él nos ayudó y la bruja lo descubrió.

–Tranquila, ___. Vamos a salvarlo. –Sonrió Peter.

–¿Por qué? –Se quejó Edmund.- ¡Es un criminal!

___ salió de la casa, enojada con Edmund y vio a un pequeño castor acercarse. Pronto los cuatro hermanos la siguieron.

–Eso es un castor, ¿verdad? –Preguntó Lucy.

–Ven amigo... –Habló Peter, extendiendo su mano hacia el animal y chasqueando con su boca, como cuando llaman a un gato o a un cachorro.

–No te la voy a oler si eso es lo que quieres. –Se quejó el animal.

–Oh. Lo siento. –Se disculpó Peter, desconcertado. Lucy rió.

–¿Lucy Pevensie? ¿___ Sidney? –Preguntó por ambas.