Las Crónicas De Narnia: Edmund Pevensie Te Amo

CAP 34: Ed's problem

–¿Qué pasó? –Preguntó Lucy, al ver a Peter furioso.

–Que te diga Caspian. –Gruñó el rubio.

–¡Peter! –Exclamó Susan.

–¿Caspian? –Gruñó el príncipe.- ¡Tú no aceptaste cancelar y aun había tiempo!

–Todo fue gracias a ti. Si hubieras seguido el plan, ¡Los soldados aún seguirían vivos!

–¡Y si nos hubiéramos quedado bajo tierra, seguramente también lo estarían!

–Tú nos trajiste. ¿Lo olvidas?

–Fue mi primer error.

–No. Tu primer error fue creer que eras un líder para ellos.

–¡Hey! Yo no fui el traidor que abandonó Narnia.

–¡Eres un usurpador igual que Miraz! ¡Tú, él, tu padre! ¡Narnia está mejor sin todos ustedes!

–¡Basta! –Se oyó el grito devastador de Edmund.

Ambos voltearon a verlo. Ed cargaba a una agonizante ___ en brazos. Y a su lado, un centauro cargaba al Q.A., que parecía estar muerto.

–¡___! ¡Q.A.! –Chilló la menor de los Pevensie.

Sacó su pequeña botella del jugo de la flor de fuego y les dio una pequeña gota a cada uno, provocando que ambos se recuperaran casi al instante.

–Gracias, Lu. –Sonrió ___, normalizando su respiración. Ed la bajó con delicadeza.

–¿Por qué todos me miran? –Se quejó el Q.A.- Los telmarinos van a estar aquí pronto. –Se levantó y miró a Lucy.- Gracias, mi querida amiguita.

___ sonrió a Ed, quien la miraba algo triste, pero los cinco ingresaron a buscar a Caspian, que había ingresado antes, con furia en su mirada.

–Ed, ¿Está todo bien? –Preguntó ella al azabache, ya que estaba más serio de lo normal.

–Sí. –Dijo él, cortante.

–¿Seguro? –Lo miró enarcando una ceja.

–Que sí.

–Ed... ¿Qué tienes? –Trató de ser tierna, pero la verdad es que se estaba hartando de sus monosílabos.

–Nada.

–Edmund Pevensie, ¿¡Vas a decirme cuál es tu puto problema!? –Explotó, gritándole al chico.

–¿¡Quieres saber cuál es mi problema!? –Gritó, llamando la atención de Susan, quien volteó disimuladamente a ver la escena.- ¡Mi problema es que siempre te pasan cosas malas por mi culpa! ¡No soporto eso! ¡No soporto que arriesgues tu vida por mí! ¡Entiéndelo de una vez, ___ Sidney! ¡No quiero perderte! –Gritó, y pronto sus ojos se cristalizaron.-No lo soportaría... No otra vez. –Una lágrima se escapó de sus ojos, y él la limpió bruscamente.

–Ed... –___ sonrió y lo abrazó con fuerza.- Todo lo que hago, es por ti. –Le susurró en el oído.- Yo prefiero sufrir, antes de permitir que te hagan daño.

–Ese es el punto, ___. –Dijo, al separarse.- No quiero que te pase nada... Es por ti, que yo vivo. Siempre te he amado, ___.

Ella se quedó paralizada unos momentos. Luego, sin decir una sola palabra, se abalanzó hacia Edmund y lo besó. Él tardó en reaccionar, pero terminó siguiéndole el beso y rodeándole la cintura con ambos brazos.

Sus labios eran cálidos, podían hacer que ese momento, no importara nada más, solo él y ella. Por un momento todo fue perfecto, se demostraron lo que sentían el uno por el otro.

Al separarse, se sonrieron mutuamente, hasta que Susan interrumpió el hermoso momento, junto a Peter y la pequeña Lucy.

–¿Y eso por qué? –Rió dándoles una mirada pícara.

–Yo... Eh... –___ no pudo articular palabra, estaba totalmente ruborizada.

–Es que ahora ___ y yo somos novios. –Sonrió el azabache, abrazando de la cintura a ___.

–Eso. –Asintió ___, algo sorprendida pero feliz.

–Oigan, ¿Dónde está Caspian? –Preguntó Lucy.

–Oh, no. –___ miró a los Pevensie con preocupación.

Todos salieron corriendo hacia la mesa de piedra junto a algunos otros narnianos.