Ayudándote A Olvidarme [MariChat +18]

𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 2: 𝕾𝖚𝖊ñ𝖔𝖘

Marinette dio un profundo suspiro, sacudió la cabeza de un lado a otro como intentando así ordenar sus pensamientos y siguió adelante con su camino.

Chat la esperaba en el mismo lugar de antes, era como una hermosa estatua cuya mirada se clavaba fijamente en la luna llena que cubría París esa noche. Con cuidado se sentó a su lado y acomodó la bandeja en el suelo frente a ellos. Tomó una de las tazas y se la ofreció con amabilidad.

-Tu mirada me dice que algo no va del todo bien - comenzó a hablar la chica.

El superhéroe inhaló profundamente, mantuvo la respiración por un momento y dirigió su mirada a Marinette antes de comenzar - ¿Alguna vez has sentido que eres todo lo que el resto quiere, pero no lo que a ti te gustaría? Siempre cumplo con cada una de las cosas que me piden, o más bien que me imponen, y siento que no hay ninguna decisión que pueda tomar por mí mismo. Sé que es un tema repetido, pero a pesar del tiempo no puedo dejar de sentirme así - se lamentó.

No muy segura de qué decir, Marinette acarició su hombro en un amistoso gesto - Pues esta noche has decidido venir a visitarme nuevamente, y has decidido medias lunas por sobre los macarons - dijo en un tono juguetón con la intención de sacarle por lo menos una mínima sonrisa. Su chiste tuvo un poco de efecto, pues Chat se mostró un poco más relajado antes de seguir.

- Al menos sé que junto a ti puedo decidir qué pasteles comeré, lo cual me gusta mucho, más aún si junto a eso puedo disfrutar de tu compañía, princesa - dijo él, poniendo un mechón del cabello de Marinette detrás de su oreja.

Ambos sonrieron con un poco de vergüenza, pero no de una manera incómoda. La cercanía y confianza entre ellos había ido creciendo después de tantos años y la compañía del otro tranquilizaba enormemente el estado de ánimo de ambos.

Era, probablemente, la amistad más cercana que cualquiera de los dos tuviera y, al mismo tiempo, la única que guardaban en secreto. Los superhéroes debían evitar relacionarse con cualquier persona, sabían que podían poner en riesgo a quien estuviera cerca de ellos.

- Pero bueno, vine por buena comida y una agradable conversación con esta adorable damisela - dijo el rubio - ¿Cómo van las cosas para ti? ¿Lograste hablar con ese chico hoy?

Marinette hizo una mueca que al gato le hizo mucha gracia - Si con hablar te refieres a decirle "Ah ah, ho ho hola, tú eemmm ¿hola?" pues sí, tuvimos una muy agradable conversación, le declaré mis sentimientos y mañana tenemos una cita.

Chat dio una gran risotada, sin intención de burlarse de ella, claro - Quizás deberías plantearte el declararle tu amor pase lo que pase, pensar bien en las palabras que quieres decirle, que es lo que quieres transmitirle, después de eso cualquier otra cosa que quieras decirle resultará bastante simple como para torturar a tu pobre lengua.

-¿Cómo podría hacer algo así? Ni siquiera puedo decir su nombre sin que me tiemblen las rodillas - dijo con pena y con mucha vergüenza -, pero en fin. ¿Cómo va todo con la heroína favorita de todos? - preguntó sin mucho interés, pues creía ya conocer la respuesta.

- Pues hoy cayó rendida a mis pies, aceptó visitar la torre Eiffel conmigo y mañana tendremos una nueva cita... - hizo una pausa para mirar la cara de perplejidad de Marinette - O al menos eso es lo que me gustaría contarte. La verdad es que cada vez que doy un paso ella lo hace también, nos mantenemos en  el mismo juego siempre. Yo insisto, ella se resiste y me quedo esperando con ansias la próxima vez que pueda verla. Ahí es donde tú tienes la ventaja de poder ver a ese chico cuando quieras. Ojalá fuera tan sencillo como poder venir a verte a ti, pero no sé su nombre o donde vive, sería imposible encontrarla. Imposible, pero maravilloso - dijo un poco desanimado, pero al igual que siempre, sus ojos brillaban al hablar de su Bugaboo.