Ayudándote A Olvidarme [MariChat +18]

𝕮𝖆𝖕𝖎𝖙𝖚𝖑𝖔 16: 𝕮𝖑𝖎𝖒𝖆𝖝

La toalla que cubría a Marinette nuevamente desapareció. Chat Noir la recostó con cuidado, como si fuera lo más delicado que hubiese tocado en su vida. Con una mano comenzó a recorrer su silueta, empezando por su cabello, su cara, bajando por su cuello, pasando entre sus pechos, recorriendo su abdomen y siguiendo por sus piernas, todo esto sin quitar los ojos de su rostro, el cual se veía hermoso con ese rubor que mezclaba inocencia y excitación.

-Siento que no merezco ser yo quien haga esto - le susurró, pegando los labios a su oído.

-Y yo siento que no merezco que seas tú quien lo haga - respondió ella.

Sin saberlo, los sentimientos de ambos eran similares: deseo, culpa y necesidad. Aún no podían entender bien las cosas, sólo sabían que todo lo que ocurría en esa habitación les gustaba, y sin tomar en cuenta las repercusiones que podrían tener tales actos, simplemente siguieron adelante.

Chat se situó entre las piernas de ella, al tiempo que las levantaba un poco. Besó sus pechos, pasando la punta de su lengua por cada uno de los pezones para luego marcar un camino descendiente por el centro de su abdomen. Cuando estaba a punto de llegar al final levantó la cabeza para cruzar miradas nuevamente.

-¿Puedo? - preguntó antes de continuar.

Marinette no pudo hacer más que asentir con la cabeza antes de disfrutar de ese placer desconocido que Chat Noir le enseñaba por primera vez. 

El primer contacto la estremeció al punto de hacerla gemir, sintiendo como la lengua del héroe se deslizaba de abajo hacia arriba sobre su feminidad. Arqueó la espalda, echó la cabeza hacia atrás y se aferró a uno de los cojines que tenía cerca. 

Había soñado mil veces con escenas como esa, pero jamás había vivido y disfrutado de la verdadera sensación que esto podía causarle. Jamás se imaginó gimiendo de esa manera y mucho menos con alguien que no fuera Adrien Agreste. 

El rubio se concentró en su tarea, tenía un solo objetivo en mente y pondría todas las cartas sobre la mesa para cumplirlo. Siguió lamiendo mientras disfrutaba de la reacción de la chica ante sus ojos. Lo excitaba saber que podía lograr aquello en una mujer y lo abrumaron las ganas de darle más.

Diferenció lo que creyó era aquel punto de placer del que había escuchado en alguna ocasión, por lo que decidió probarlo. Un suave toque con la punta de su lengua y las reacciones de Marinette le dieron la razón, por ende siguió dando pequeñas y suaves chupadas, succionando con cuidado y volviendo a lamer. Cambiaba la intensidad constantemente, observando cada una de las respuestas de la chica. Su sabor se hacía cada vez más notorio y la notaba cada vez más húmeda, por lo que quiso probar con algo más.

Se alejó un poco y miró a Marinette, quien escondía su cara en uno de los cojines, su respiración acelerada hacía que sus pechos subiera y bajaran, y sus pezones se veían aún más duros que antes. Se acomodó sobre ella manteniendo su peso en uno de sus brazos con el fin de no cargarse sobre ella, buscó su cara con necesidad y al encontrarla, con sus mejillas sonrosadas y sus ojos brillantes, no pudo evitar besarla, dejando en libertad toda la locura de su lengua. Se comían la boca el uno al otro, sus lenguas danzaban rogando por más y buscando satisfacción en el otro. 

Marinette se apoderó del cuello del chico con sus brazos, acarició su cabello y apretaba de él para acercarlo más a ella. Levantó una de su piernas para rodear su cintura, elevando su pelvis para intentar encontrarse con la de él. Quería sentirlo lo más cerca posible, pero los planes de Chat eran diferentes y la detuvo al instante. Situó su mano libre en su cintura y separó su cara de la de ella para poder hablarle.

-Es la primera vez para ambos, y quiero que vayamos de a poco, si te parece bien... - dijo, al momento que su mano bajaba desde su cintura hasta su entrepierna - ¿Lo quieres?